CON PRECAUCIÓN: Examen psicométrico a fondo

Por Sergio Mejía Cano

27 / Junio / 2016

A principios del mes de mayo del presente año, una de las noticias que más impactó a la sociedad nayarita fue el asesinato que se dijo cometió un supuesto miembro de una corporación policíaca en contra de una muchacha de escasos 19 años de edad, quien aparentemente era su pareja sentimental. La saña con que se ultimó a esta joven, fue tal vez lo que más indignó a buen sector de la población, quien de inmediato la pregunta común fue que cómo una persona así trabajaba como guardián del orden.

Se ha documentado que la mayoría de los elementos policíacos han sustentado exámenes de confianza, en donde algunos han salido reprobados por diversos motivos que según sus evaluadores no son aptos para ocupar un cargo en alguna corporación policíaca, por lo que fueron dados de baja; sin embargo, a pesar de esto varios de los que salieron perjudicados por esta decisión apelaron el dictamen pues no comprendían el porqué no habían aprobado su examen, siendo que según los quejosos no consumían drogas y tenían más de 20 años de servicio y su hoja de registro personal no tenía manchas graves respecto a su comportamiento, obediencia y disciplina. Así que la duda surge si el elemento que tal vez asesinó a la joven con la que se dice había procreado un hijo, ya había presentado dicho examen de confianza y de ser así, cómo es que había pasado, ya que su comportamiento, así haya sido, tal y como se documentó, que fue bajo posible estado etílico o alterado en otra forma, pues si ese examen de confianza y evaluación fue aplicado a fondo, ese comportamiento habría salido a flote mediante la aplicación del examen psicométrico.

El examen psicométrico, según quienes están enterados al respecto, señalan que mide el grado de inteligencia de las personas, así como rasgos y factores de la personalidad, además de las proyectivas que determinan lo que desea el subconsciente. Que también están las evaluaciones psicotécnicas, de vocación, de inclinaciones y aspiraciones, de razonamiento, agilidad mental y resolución de problemas.

Así que es posible que el supuesto asesino de la joven tal vez no había sustentado el examen de confianza, al que se dijo en su momento serían sometidos todos los elementos de todas las corporaciones policíacas en el país; porque de haber hecho el examen, ahí hubiese salido a flote su instinto asesino que si bien no lo demostraba en forma consciente, en el subconsciente estaba latente, según lo que dicen los enterados que se adentran en la psique humana.

n el entendido de que si nos atenemos a una frase muy popular que reza: no hay borracho que trague lumbre, muy dentro de sí, el aparente asesino de la muchacha y madre de su hijo, tal vez sí sabía lo que estaba haciendo y cometiendo; de ahí el tratar de evadir la justicia -a la que se supone él representaba- se haya lastimado al saltar de varios metros de altura, porque esto demuestra que estaba reconociendo ya conscientemente que había cometido un crimen y que sería merecedor de un castigo, por eso la huida que, precisamente al estado mental alterado en que se informa que se encontraba, no era tan inconsciente, pues es muy probable que sabía bien lo que había hecho.

Si esta persona a la que se señala como asesino de su mujer, no se detuvo en dañarla a pesar de ser la madre de su hijo, entonces ¿qué podría esperar un ciudadano común que en una detención le reclamara derechos y obligaciones? Pues tal vez una macaniza segura, porque es muy conocido que muchos policías se enojan más cuando un ciudadano común les reclama que no están actuando de acuerdo a los dictados constitucionales, por lo que al hacer esto a muchos ciudadanos les va peor. Así que nada costaría hacer un examen a los policías o aspirantes a serlo qué harían en determinados casos, como por ejemplo al detener un vehículo en la vía pública y los ocupantes se nieguen a bajar de la unidad si no hay una orden judicial que lo ordene; igual, cuál sería su actuación si algunas personas se niegan a salir de su casa o abrir la puerta si no hay una orden judicial o simplemente si un ciudadano común no quiere ser registrado corporalmente o entregar su teléfono móvil para ser revisado; y a propósito de celular, qué haría en caso de que lo estén filmando de lejos y sin interferir en sus labores.

Esto sería groso modo las preguntas más sencillas que se podrían hacer a los elementos policíacos o aspirantes, para posteriormente aplicar el psicométrico a fondo en donde se vería si tiene vocación o no para el orden público.