Numinor: La Verdadera Historia de Santa Claus

Ángel Agustín Almanza Aguilar

21 / Diciembre / 2016

¡Jó, jó, jó, jó, jó!

¿Qué sintió usted cuándo se dio cuenta que no era ningún ‘Santo Clós’ el que dejaba los regalos pedidos en nuestras cartas al pié del arbolito? Bueno, que no llegaban todos, si es que llegaban –lo mismo pasaba con los Reyes Magos-. A los niños pobres no los tomaba en cuenta ese viejo panzón, sólo a los ricos ahora, ¿de qué ching se reía ese barbón? ¡Se burlaba de nuestra ignorancia? ¿Era la carcajada de los voraces comerciantes? Santa Claus es la imagen del consumismo, disfrazado de alegría ‘navideña’, seudo cristiana.

‘Papá Noel’, o San Nicolás, como también se le conoce, existió y fue un obispo, católico del siglo cuarto que vivió en Mura, y era venerado por latinos y griegos los días 6 de diciembre. La leyenda cuenta que acostumbraba regalar cosas de manera secreta, como la dote a las tres hijas de un ciudadano pobre...

Lo acostumbramos ver viviendo en un entorno de nieve, frío, hielo, pero no vivió en un lugar así, sino en uno caluroso y soleado, allá en lo que es Turquía, habiendo nacido en la ciudad de Pátara. Ese 6 de diciembre sería la fecha de su muerte, y un 6 de enero sería el día de su presencia con los regalos a los niños, costumbre occidental. Marineros holandeses llevaron la costumbre a Europa, y llamaban al personaje ‘Sinter Klaas’.

La transformación del Nicolás flaco y apacible en robusto, revoltoso y vejete, inclusos con pintas, en su gruesa nariz, de frecuentes libaciones, se debió a escritores y caricaturistas norteamericanos; Washington Irving, Clement Carke Moore, y Thomas Nast. El primero lo hizo, de sobrio y recatado obispo, como lo apuntamos arriba; el segundo, en su poema ‘Una Visita a San Nicolás’, casi ultimó la moderna imagen de hoy, y sería el último que, al ilustras el citado poema, definiría la mundial imagen que aparece en estos días hasta en los rollos de papel sanitario.

La leyenda de Santa Clós es, seguramente, una de las más ‘católicas´, y su origen no es pagano. Su sonora carcajada, Jó, jó, jó, jó, jó –cinco veces, como mentada de madrina- es por la mercadotecnia incrustada en estas fiestas, a esa caza de los aguinaldos: ¿compre! ¡Aproveche! ¡Gaste y sea feliz!... porque este mofletudo personaje aparece y desaparece, como los magos.

Por lo cierto, ¿qué clase de magia practicaban aquellos ‘reyes’ del oriente que adoraron y reconocieron como su señor y Rey al Divino Niño de la gruta/pesebre?...

Referéndum: Y no se olvide que en ‘BAZAR MÉXICO encuentra usted lo mejor en herramientas nuevas y usadas, y duplicación de llaves desde diez pesos. Está a sus órdenes en Avenida México, número 451 norte (a un lado del puente), en la colonia Mololoa, Tepic, Nayarit. Allí lo atiende nuestro amigo TOÑO FLORES. Teléfonos 216 16 07 y (Cel.) 311 121 99 64. ¡Visítenos y saldrá convencido!