CON PRECAUCIÓN: Unidad que quizás no se dé

Por Sergio Mejía Cano

16 / Marzo / 2017

Mucho se le apuesta a la unidad dentro de las filas del PRI en Nayarit para estos próximos comicios, es el pregón que se ha estado oyendo ya desde hace tiempo; sin embargo, al parecer esta constante se deba a que no hay visos de que vaya a haber tal unidad, porque los grupos existentes están muy divididos entre sí, es decir, hay división de grupos y a la vez división entre estos mismos debido a que tres de los aspirantes más probables a la gubernatura del estado son priistas y otro es hijo de otro priista.

Y si bien unos ya no pertenecen oficialmente al otrora partido aplanadora, por donde quiera que se le vea no dejan de ser priistas aunque traigan otra camiseta puesta, y más porque en todos los partidos existentes hay priistas dentro, unos por haber creado un partido político y otros por afiliación con algún propósito, pero no por ideología, convicción o afición, no, sino por conveniencia quizás; pero todos con el priismo grabado a fuego por ser el PRI, su partido nodriza.

Y es posible que no se llegue a la unidad tan anhelada por el descontento entre los militantes priistas por la designación por inclinación hacia uno sobre otro de los aspirantes, hecho que desde luego generó el disgusto de los grupos que ya se sentían apoyando a otro candidato y no al que quedará por estar ya decidido de antemano. Porque si bien ahora se les dice precampañas y precandidatos, de acuerdo a los enterados de siempre y que están adentrados en los entretelones políticos, señalan que todo es pura faramalla para darle un toque de democracia interna al partido, pero la unción ya está decidida. Y esto pudo haber disgustado a muchos priistas que apoyaban a otro personaje; y además se debe tener en cuenta que aunque uno de los hoy precandidatos ya tiene tiempo que abandonó las filas del PRI, dejó muchos amigos dentro del mismo partido, amigos leales que en determinado momento debido a esa amistad, poco les importarán las siglas a las que pertenecen, porque al fin y al cabo el voto es libre y secreto o a menos que se busque una estrategia para que todos los militantes del PRI demuestren que sí votaron por su partido, porque de no ser así, muchos priistas votarán en contra de su partido a la hora de la verdad y si no hay estrategia como se dice le hacen en las fábricas con los obreros que les dan una boleta ya marcada en el logotipo del PRI y a cambio tienen que entregar la que recibieron en las casillas correspondientes, dejarán temblando al tricolor sus mismos militantes.

Y respecto a eso de los trabajadores en las fábricas que se dice obligan a votar por el PRI, esto no es nuevo y físicamente no está comprobado, pero si oído de buena fuente tanto por obreros como personas que en determinado momento se vieron involucrados con dicha estrategia.

Resulta que al entrar a trabajar un servidor al ferrocarril, varios compañeros contemporáneos platicaban en la misma forma de cómo los hacían votar por el PRI cuando antes de entrar al ferrocarril habían trabajado en otras industrias allá en Guadalajara, en el vecino estado de Jalisco.

Según mis compañeros en el ferrocarril, de entrada los obligaron a afiliarse ya sea a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) o a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), ambas filiales del PRI, una comandada por don Heliodoro Hernández Loza y la otra por don Francisco Silva Romero, respectivamente. Y esto sin que fuera una obligación el tener que afiliarse, pero ni modo, apenas tendrían 18 años de edad y se los podían comer fácilmente asustándolos de que no trabajarían si no se afiliaban a esas centrales obreras. Y cuando había comicios, todos los que habían trabajado en otro lado antes que en el ferrocarril y que habían pertenecido a la CTM y a la CROC, coincidieron al afirmar que un día antes de las votaciones o el mismo día a celebrarse, eran citados en sus fábricas o industrias para entregarles una boleta ya marcada con una cruz en el logotipo tricolor, con la condición de que si querían no ser sancionados mínimo con tres días laborales o ser destituidos, al día siguiente antes de entrar a trabajar deberían entregar al comisionado del sindicato en la fábrica la boleta que les entregaran en las casillas electorales, depositando en las urnas la o las boletas que les habían dado ya tachadas. Eso oí que comentaban hace algunos ayeres unos compañeros de trabajo. Quizás ya cambió la estrategia, pero si ya no hay nada de esto, la unidad priista nunca llegará. Pero en fin. Sea pues. Vale.