CON PRECAUCIÓN: Algo que no debió pasar

Por Sergio Mejía Cano

16 / Julio / 2018

Estos pasados comicios electorales me hicieron recordar un trágico suceso acaecido a un fotógrafo y reportero muy apreciado por el gremio periodístico de Nayarit.

Hubo un reportero-fotógrafo del periódico Nayarit Opina, de nombre Carlos Vital, fotógrafo que conocí en los eventos de diversa índole o conferencias de prensa en la capital nayarita, aunque este fotógrafo iba a reportear por todo el estado de Nayarit.

Por el hecho de encontrarnos cotidianamente por circunstancias periodísticas nos comenzamos a saludar en la forma habitual con que se hace cuando constantemente se encuentra a otras personas. Hasta que un día, un periodista, que en ese entonces era director del Nayarit Opina, don Ezequiel Parra Altamirano, me dijo que si no lo conocía a Carlos Vital, porque también había sido ferrocarrilero, así que nos presentó. Al entablar plática mientras comenzaba una conferencia de prensa, me comentó que había trabajado en los Ferrocarriles Nacionales de México habiendo comenzado como similar de locomotoras y llegar a ser maquinista de patio, desempeñándose como tal en Guadalajara NdeM, cuando le fue detectada una enfermedad –no me dijo cuál- por lo que fue pensionado por el IMSS, y como siempre le había gustado la fotografía, era por lo que ahora se dedicaba a ello.

A mediados del año 2005, Carlos Vital andaba cubriendo la campaña para gobernador de Ney González, así que después de asistir a un mitin del entonces candidato a la gubernatura de Nayarit, se retiró del evento abordando su vehículo que era un carrito tipo bugui, era ya cerca de la media noche. Circulaba por el boulevard Colosio de oriente a poniente; este boulevard cuenta con un crucero a nivel con la vía férrea, pues al norte de la estación del ferrocarril la vía del ferrocarril hace una curva hacia la derecha según el sentido de sur a norte y atraviesa dicho boulevard.

Resulta que poco antes de que Carlos Vital llegara al crucero con la vía férrea, un tren que arrastraba plataformas de Piggy-Back, se detuvo quedando unas de estas planas obstruyendo el crucero en cuestión, por lo que la visibilidad hacia el otro lado de la vía daba a entender que no había nada sobre la vía ya que el alumbrado público y demás partes del boulevard se miraban sin que nada, aparentemente, estuviera estorbando sobre los rieles.

A esas horas de la madrugada había poco tránsito vehicular, lo que facilitaba más el desplazamiento sobre el boulevard, y posiblemente el señor Vital al ver las luces del alumbrado al otro lado de la vía del ferrocarril jamás pensó en que estuviera obstruida por plataformas o por mirar el camino supuestamente despejado tal vez no se fijó en las plataformas que obstruían el paso hasta que fue demasiado tarde estampándose en el costado de una de estas plataformas que estaban atravesadas. El impacto debió ser muy fuerte, ya que las autoridades determinaron posteriormente que tal vez la muerte del conductor del bugui había sido instantánea.

Lo raro es que habiendo sido empleado ferroviario no haya tenido en cuenta que antes de atravesar una vía del ferrocarril había que fijarse de bien a bien que no estuviera circulando algún vehículo sobre los rieles. Esto porque a los trabajadores ferrocarrileros se nos va formando esta costumbre tanto aconsejados por los trabajadores antiguos como por uno mismo y por el reglamento de transportes que nos regía en ese entonces, ya que la regla 817 de nuestro reglamento decía claramente que: Los empleados deben permanecer a una distancia suficiente de los trenes o máquinas que vayan pasando, para evitar la posibilidad de ser golpeados por cualquier objeto que pudiera caer o arrojarse desde los mismos. En las vías dobles, deben permanecer por el lado de afuera y retirados de ambas vías, mientras esté pasando un tren. No deben atenerse a que otras personas les den aviso de los trenes, máquinas o carros que se aproximan, y, para mayor seguridad debe considerarse que los trenes, máquinas o carros pueden correr o moverse a toda hora en todas las vías y en cualquiera dirección.

Así que por esta regla y la práctica de precaución constante se nos va grabando a los ferroviarios, por eso resulta extraño que don Carlos Vital no haya hecho alto total al llegar a la vía, aunque haya visto el boulevard libre debido a las plataformas, de haber aminorado la velocidad tal vez la hubiese librado, pero infortunadamente ya se sabe que el hubiera no existe. Descanse en paz este compañero que fue ferroviario y fotógrafo reportero.

Sea pues. Vale.