¡Soy bien cabrón!

Francisco Javier Nieves Aguilar

17 / Julio / 2018

Finalizó el mundial. Francia se ciñe la corona de campeón tras vencer a Croacia 4-2. Bélgica se queda con el tercer lugar e Inglaterra en el cuarto. ¡Qué partido!, ¿Verdad?

Por cierto, antier, cuando me disponía a mirar la final hice una rabieta. Iniciaban los comentarios, pero justo en ese instante tuve que trasladarme a Ixtlán. Me perdí todo el primer tiempo; pero en la segunda mitad no me despegué de la tele un solo instante. Y no es por presumir, pero desde que vi jugar a Francia en su primer partido, allá en Rusia, vaticiné que sería el campeón. Acerté. La neta ¡Soy bien cabrón!

Pero bueno, mientras se efectuaba la ceremonia de premiación en medio de aquel fuerte aguacero, decidí meterme al Facebook. Todos los comentarios versaban sobre el triunfo de Francia. Fue entonces que me puse a reflexionar:

El ganar es muy importante en la vida de toda persona, el obtener un trofeo, una medalla, un diploma. ¿Pero esa es la verdadera victoria? Mi respuesta es no.

¿Por qué? Porque el ganar es algo más que un objeto, el ganar es hacer algo y sentirnos muy bien con nosotros mismos.

La verdadera victoria está en dar lo mejor de nosotros mismos en cada batalla, en cada adversidad que la vida nos presenta y actuar de buena manera.

Hacer las cosas lo mejor posible de tal manera que nos sintamos victoriosos, orgullosos de nuestro desempeño y así lograr la verdadera victoria, el trofeo más grande de todos: el espiritual.

La mayor victoria es seguir luchando con la misma fuerza a pesar de todos los tropiezos y errores que hemos cometido en nuestro camino.

Se feliz y serás un campeón