Declaran vigilantes; incendio en la UAN bajo máximo escrutinio

17 / Agosto / 2018

Por Oscar Verdín Camacho

El incendio en el Edificio Administrativo de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), ocurrido la madrugada del 19 de febrero del 2017, entró al máximo escrutinio.

Durante horas, primero el martes 14 en el caso del vigilante llamado Omar, y luego el miércoles respecto a Armando, jefe de vigilancia de esa noche, se habló y se debatió ante el juez de control César Octavio García Torres sobre los datos de prueba de que consta el expediente 927/2018.

En el caso de Armando la audiencia fue modificada porque decidió cambiar de defensa privada a defensores públicos que pidieron tiempo para estudiar el expediente; una vez acordado lo anterior, el martes fue retirado de la sala y únicamente se quedó Omar, quien estaba asignado a la vigilancia del Edificio Administrativo –con oficinas de la Secretaría de Finanzas y de Docencia- y la noche del incendio faltó a trabajar, previa solicitud de permiso. La Fiscalía General del Estado (FGE) considera que Omar actuó como cómplice auxiliador, facilitando las llaves del inmueble a los individuos que materializaron el siniestro, aún prófugos.

Omar, anunció el defensor particular, emitiría declaración, ubicándose entonces en el escritorio respectivo para ello:

Dijo que él no abandonó su trabajo, sino que pidió permiso porque la noche del sábado 18 se jugó un partido de futbol entre Guadalajara y América, que sería transmitido por Chivas TV, y quería verlo.

Añadió desconocer por qué no fue asignado otro guardia en el Edificio Administrativo, siendo que éste, la Rectoría y el de Cómplex tienen prioridad sobre otros inmuebles.

Explicó que al inicio del turno se reciben llaves y radio y de igual forma son entregados al concluir la jornada. Yo no presté las llaves (), yo no tengo que ver con eso (), no voy a ser responsable de un hecho en que me quieren involucrar

Aclaró que ingresó a laborar a propuesta del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit (SETUAN), no le debo favores a nadie

Para entonces ya se habían ventilado otros datos, entre los que destacan la declaración de un hombre que, según la agencia ministerial, inicialmente aceptó participar en el ilícito, creyendo que sólo serían quemados unos documentos y cambio de cinco mil pesos, pero decidió no seguir al darse cuenta que se incendiaría todo el edificio. Él haría mención al vínculo del referido Omar.

En una audiencia anterior, la defensa solicitó el apoyo judicial para conseguir la presencia del testigo, pero el martes fue revelado que esa persona fue ejecutada a balazos a finales del pasado mes de junio. Incluso se llevó el acta de defunción, además de describirse una nota periodística sobre la muerte violenta.

Para el juez García Torres, la referida versión de la ahora víctima, semanas antes del homicidio, sí tiene relevancia para el dictado del auto de vinculación a proceso, puesto que, según fue narrado, el individuo se retiró de la UAN previo al siniestro, enterado entonces del plan.

LA SITUACIÓN DE ARMANDO

Para el caso de Armando, su situación fue aún más debatida. Él no es señalado como cómplice, sino por omisión porque no designó a un vigilante en el Edificio Administrativo cuando se enteró de la ausencia de Omar.

El juez hizo referencia a una declaración de Carlos Ortega Meza, jefe de vigilancia de la UAN, en la que señala que en la Rectoría, el Edificio Administrativo y Cómplex siempre debe haber guardia.

Armando, que emitió declaración judicial este miércoles, habló de un problema singular esa noche del 18 de febrero, puesto que varios vigilantes habían solicitado permiso y se enteró de ello al presentarse a trabajar. Insistió que no fue suficiente el personal y lo ubicó en los accesos a la Universidad.

A lo largo de la audiencia se ventiló que esa noche habrían laborado seis guardias, cuando otras veces el número llega a 15.

Aproximadamente a las 03:30 horas del domingo 19, un velador de una obra en construcción dio la voz de alarma.

Armando explicó que inicialmente creyó que el incendio era en Nutrición, pero al llegar al Edificio Administrativo abrió la puerta y, pensando que se trataba de un corto circuito intentó bajar las pastillas pero lo denso del humo lo echó afuera.

La defensa pública insistió que los guardias que laboraron esa noche coincidieron en su respectiva declaración en la urgencia de auxilio de Armando, por radio, llamándolos al lugar del incendio, o bien para pedirles que abrieran las puertas porque ingresarían los bomberos.

Según las palabras del jefe de turno, que se mostró especialmente emotivo: la UAN es nuestra casa, esa noche se ajustó al escaso personal que tenía e incluso se quedó de guardia en la entrada junto al plantel de Enfermería.

Este caso muestra un problema de fondo porque los mandos de vigilancia, que sí fueron enterados de los permisos, no previeron cubrir el importante número de ausencias.

De acuerdo con la narrativa del juez García Torres, hasta el momento no se le puede reprochar a Armando que sea cómplice del incendio, sino la falta de cuidado porque, aun cuando sólo hubiera habido seis elementos de guardia esa noche, uno de ellos debió ser destinado al Edificio Administrativo. Por tanto, también le dictó auto de vinculación a proceso, considerando la citada omisión.

El juez estableció un plazo de tres meses de investigación complementaria para ambos imputados.