CON PRECAUCIÓN: Decisión única y exclusiva de la mujer

Por Sergio Mejía Cano

10 / Septiembre / 2018

El aborto ha sido, es y será tema al parecer de toda la vida debido a la diversidad de pensamiento entre la humanidad que es, precisamente, la única especie que se cuestiona todo lo que ocurre a su alrededor. Desde luego que permitido o no, el aborto seguirá existiendo mientras la humanidad ande cascareando en la canica (Gabriel Vargas dixit).

Es obvio suponer que desde el momento en que somos engendrados ya estamos en peligro de morir, y por supuesto más una vez que hayamos salido del vientre materno, ese lugar que se dice, es el más cómodo del universo.

Hoy se dice que hay paridad de géneros en el ámbito político y desde luego en los tres Poderes que enmarcan nuestra Nación; sin embargo, han sido los varones quienes han tenido en sus manos algo que única y exclusivamente le corresponde a las mujeres: la decisión de abortar. Solamente las mujeres deberían de ser las que lleven la batuta en este sentido, los hombres bajo ninguna circunstancia tienen por qué meterse en este asunto, porque nada más las mismas mujeres saben, sienten y tienen los motivos para llegar a esa determinación. Sin embargo, a lo largo de los siglos son los hombres los que han decidido por la mujer y lo que es peor, sin tomarla en cuenta siquiera; para nada se ha cuestionado a las mujeres si están de acuerdo o no, ya que las leyes que satanizan a las mujeres que abortan han sido redactadas por varones y no por mujeres.

A ver si ahora que ya hay mujeres en el Poder Legislativo se lleva a cabo este asunto únicamente por ellas y que salgan las diputadas y senadoras a sus respectivos distritos para preguntar mediante encuestas a sus representadas qué es lo que piensan y sienten al respecto. Y si no van a tener participación los hombres por no saber en realidad lo que es y significa en sí un aborto para las mujeres, tampoco los varones de otras organizaciones sociales deben de intervenir en esta cuestión, y menos los que están inmersos en creencias de religiones traídas de allende la Mar océano, que por lo regular han sido a lo largo de la vida de nuestro país como tal, se han opuesto a infinidad de avances científicos y tecnológicos y por ende, impuesto sus creencias como inatacables por considerar cualquier tipo de disidencia como pecado.

Un cardiólogo no tiene que ser víctima de un infarto para saber lo que se siente en realidad cuando a alguien le da uno; igual un ginecólogo por más estudios teóricos que tenga de ahí no pasa, porque jamás sentirá un dolor de parto o cualquiera otro que genera alguna enfermedad femenina. Así, que por lo mismo, son las mismas mujeres lo que saben qué se siente y qué hacer en determinado momento en cuanto a algún embarazo se refiera; y por lo mismo, deben de ser ellas mismas quienes dictaminen lo que quieren y desean hacer con sus propios organismos.

Se tiene entendido que mucha gente está de acuerdo a que un aborto se lleve a cabo cuando el embarazo es producto de una violación, y ahora con la tecnología, en caso de que el futuro bebé traiga una deformidad insalvable o enfermedad genética que en caso de nacer, serían más sufrimientos tanto para el bebé como para los padres, y por supuesto que sea un embarazo de alto riesgo que ponga en peligro la vida de la embarazada. Pero también así como existe este tipo de personas que están a favor por estas situaciones de embarazo, las hay en contra del aborto de cualquier tipo y que no aceptan ningún razonamiento por más contundente que este sea; pero quizás esta negativa se deba no precisamente a lo que podría significar un aborto en determinadas circunstancias, sino a desconocimiento cultural y obviamente a sus creencias religiosas y no por otra cosa.

Ya se ha informado hasta la saciedad que lo único que se pretende es la salud en sí de la mujer que se ve en la necesidad de abortad por equis motivos y circunstancias, porque estando permitido se atenderían estos en clínicas y con los medios adecuados así como la asistencia médicas desde luego, y no en cuartuchos oscuros antihigiénicos y sin los medios óptimos para ejercer un aborto y posterior legrado.

Los abortos se seguirán dando así se prohíban o no, así que lo mejor sería que se permitieran para que se practiquen con todas las medidas de higiene y salud posibles; porque en caso de seguirse prohibiendo, seguirán las muertes de mujeres que no tuvieron otra opción más que deshacerse de un embarazo no deseado o por haberse dado en circunstancias tales de que sea imposible sostenerlo hasta el final. Pero en fin. Sea pues. Vale.