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CON PRECAUCIÓN: Cumplir y hacer cumplir la ley, una falacia
Por Sergio Mejía Cano
16 / Octubre / 2018
Es curioso que lo que más pregonan la mayoría de políticos es que nadie por encima de la ley; sin embargo, con el dichoso fuero político que precisamente los mismos políticos lo han acomodado a su modo y conveniencia, son los primeros que se ponen por encima de la ley porque desvirtuaron este fuero cuyo origen es única y exclusivamente para que los legisladores no sean sancionados por lo que digan o hagan en tribuna y no les pase lo mismo que al senador don Belisario Domínguez, por quien se estableció este fuero.
Todos los servidores públicos al inicio de su cargo protestan cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen; pero es raro que lo cumplan y lo hagan cumplir. Un claro ejemplo es en las mismas Cámaras tanto de diputados como de senadores, ya que por principio de cuentas se les pone un tiempo determinado para que expongan sus motivos a favor y en contra de determinadas iniciativas de ley, así como sus protestas y señalamientos. Pero lo más curioso es que cuando algún legislador comienza a pisar callos con sus dichos, de inmediato tratan de ser interrumpidos y hasta silenciados, algo que se contradice precisamente contra el espíritu del fuero que los protege en estos casos, ya que de acuerdo a la esencia del fuero político, ningún legislador puede ser interrumpido, coaccionado ni silenciado por lo que esté diciendo o señalando en tribuna; pero no, es al contrario, pues por lo regular se les trata de callar incluso hasta por los mismos presidentes de las Cámaras y más, si es de un partido contrario al legislador que está exponiendo sus argumentos cuando están en contra de algún partido político o servidor público en particular.
Entonces, si entre los mismos legisladores hay topes para señalar incomodidades, qué se puede esperar cuando los ciudadanos de a pie tratan de protestar por equis motivos que están dañando su economía o estatus social y laboral. Si bien ni los mismos legisladores les hacen caso, menos las autoridades correspondientes que tengan algo que ver con esas demandas, marchas y plantones que ejerzan los ciudadanos. Así que si ni los mismos representantes populares hacen caso de las demandas de quienes se dicen representantes, pues entonces qué más se podría esperar, más que puros abusos en contra.
Es probable que el gran error desde un principio, fue el que se les hayan asignado enormes sumas económicas a los servidores públicos, y que no paguen impuestos por los salarios devengados ni gasolina ni gastos de peaje en las autopistas ni gastos médicos ni nada de nada, quedándoles completamente libre de todo su dieta económica mensual. Y el grave error es porque con esos salarios que perciben los servidores púbicos y sobre todo los legisladores, es que por esto se haya creado una casta muy apartada de la ciudadanía, ya que esas enormes sumas económicas que perciben y que no tengan que preocuparse de ningún gasto adicional, porque ni su propia comida se dice que pagan, es lo que los ha apartado considerablemente de la población que cada día es más pobre en todos los sentidos: pobre no nada más económicamente sino también pobre de enseñanza, pobre en servicios de salud, pobre en servicios jurídicos, pobre en servicios públicos, pobre en atención por parte de quien la debería de servir. De ahí el craso error de que los servidores públicos perciban altos salarios que en sí, son una ofensa para la población; y más, porque toda esta pobreza que ha estado acumulando la mayor parte de la ciudadanía, por esos altos salarios que perciben los servidores públicos, estos jamás la sienten y hasta se les hace raro que la población proteste debido a que creen o están en la creencia de que todos los mexicanos viven como ellos.
¿Por qué los legisladores que en verdad sientan la realidad del país no promueven iniciativas de ley que plasmen que todos los servidores públicos tienen que recibir un salario mínimo por sus funciones en el entendido que su cargo más bien debería ser honorario? Obviamente porque no les convendría, porque por eso están ahí, ya que si los cargos públicos fueran honorarios, todos los políticos que han existido hasta el día de hoy, jamás hubieran estado en el servicio público y menos si hubiesen estado bien fiscalizados para que no pudieran manotear a su antojo; entonces, ahí si se vería quienes serían los que en verdad estuvieran dispuestos a sacrificarse por la Patria sin recibir emolumentos de tal magnitud. Sea pues. Vale.