EL RITMO DE LA VIDA: Un Vicente Fox patético, fuera de control

Por Pepe Reyna

27 / Febrero / 2019

Ahora sí que el expresidente Vicente Fox está mostrando su verdadera personalidad, no la del bravucón y pendenciero con la que conquistó el voto de un inmensa mayoría de ciudadanos, hartos, desde entonces, a todo lo que significara PRI.

No la personalidad del remedo de vaquero norteño que lucía botas y sombrero texano con pantalones de mezclilla ajustados y camisas a cuadros, igual al tosco texano de aquellas películas del oeste norteamericano , donde el muchacho,el héroe de la cinta cinematográfica, mantenía a raya a los villanos pistoleros de cantina. No al Vicente Fox de fin de un siglo y comienzo del otro donde al grito de vívoras prietas, tepocatas (en referencia a los odiados priístas, ahora sus aliados en contra de Andrés Manuel López Obrador), llenaba de entusiasmo a las multitudes y despertaba la confianza de una ciudadanía en espera de un nuevo amanecer para el país que nunca llegó..

El Fox que ahora circula en redes sociales, con ataques directos al recién estrenado primer mandatario del país, se exhibe no sólo con un rostro en rápida decadencia sino patético, con la desesperación del caído en desgracia y completamente fuera de control emocional. Todo hace suponer que se trata del único de los ex presidentes mexicanos que aún nos quedan ( a Luis Echevarria ya ni contarlo por los 97 años de edad que carga sobre sus espaldas) al que le duele de manera más profunda la pérdida de un poder que ya se les fue de las manos, ya que mientras los salinas, los Zedillo, los calderón y los peñanieto, ocultan su frustración de manera digna y no dan mayores señales de mostrarse ardidos, aunque por debajo del agua estén haciendo lo suyo para moverle el tapete al presidente tabasqueño, es Fox al que se le ve que no lo calienta ni el sol con este cambio de régimen tan severo para ellos.

Y no es que a don Vicente le esté pesando hasta lo más profundo del alma su pensión eliminada, algo así como haber perdido un pelo de gato cuando se supone que de la presidencia de la República salió más rico que un chicloso de cajeta, sino que a él le duelen otras cosas como la tranquilidad mental que se ha visto afectada por el arribo de lo que él supone un partidario del chavismo y del castrismo que tanto odia, la llegada al mando máximo de la nación de un adversario político que tantos dolores de cabeza les ha dado a gobiernos que él considera serios y ajustados a su forma de ser, priístas y panistas por igual y, como si fuera poco, la amenaza que pende sobre su persona y las de sus compañeros ex presidentes de ir a parar a la cárcel por los famosos desvìos económicos, con dinero del pueblo, en que pudieron hacer caìdo los siempre privilegiados miembros de la clase gobernante . En pocas palabras, el triunfo de Andrès Manuel López Obrador en las elecciones de julio del 2018 vino a sacar a Fox de su zona de confort, y eso es lo que le duele, demasiado le duele.

En sus mensajes al nuevo presidente de México, don Vicente recurre a temas ya muy sobados que se han venido manejando desde diciembre pasado, que si el tabasqueño echò a perder el proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco, lo que le produjo al país, mejor dicho, a los hombres del dinero, pèrdidas económicas cuantiosas; que si la guerra al huachicoleo solamente sirvió para provocar una desesperante falta de gasolina en los expendios tradicionales o improvisados; que si los recortes presupuestales han perjudicado al propio pueblo de México; que si el proyecto del Tren Maya amenaza con extinguir a la selva lacandona, y últimamente que si López Obrador se ha quedado callado ante la idea del presidente norteamericano, Donald Trump, de hacer realidad, ahora sì, el muro contra los migrantes. Y por esta razón lo que està demandando Fox es ni màs ni menos que el juicio político para López Obrador.

Lo peor para el ex presidente panista de comienzo de este siglo es que para nada utiliza la cordura, la prudencia, sino que sus mensajes a AMLO son arrebatados, belicosos, desesperados, y eso lo exhibe como un hombre que ha perdido el control mental y que cada vez màs se acerca a terrenos peligrosos de salud para èl mismo. Sus ojos enrojecidos muestran, por lo menos, la falta de sueño que esta situación adversa para èl y los suyos le està seguramente provocando. Gente de muy mala fè opina otra cosa.

Pero, en fin, esto en vez de preocupar a las masas afines a López Obrador les divierte; hay mucha gente que disfruta con los pleitos entre políticos por la mala fama que siempre les acompaña, sean de los buenos o de los malos; goza la ciudadanía las hirientes frases que se lanzan sin misericordia alguna, las acusaciones por delante, las defenestraciones en perjuicio de sus respectivas familias, por lo que en todo este asunto debe considerarse que el show tiene que continuar, para bien de unos, para mal de otros. Es parte de la vida.