El barrio del silencio en mi querido Ixtlán

07 / Marzo / 2019

ENRIQUE ESCANIO ANDRADE


Con frecuencia camino por estos silenciosos callejones del Barrio del Silencio, pero han sido tres ocasiones en que por circunstancias de dolor familiar he estado en este recinto: cuando falleció mi padre, cuando falleció mi madre y este domingo 3 de marzo para darle cristiana sepultura a mi hermana María Dolores, quien durante 26 días de internamiento hospitalario luchó por su salud hasta que su organismo no resistió, y el Creador le retiró el hálito de vida que le había regalado hace casi 72 años. O sea, el alma regresó a lugar de su procedencia al Creador. El 26 de este mes sería su cumpleaños. Pero ya descansa en paz.

En la homilía de la misa de cuerpo presente, el sacerdote hizo un reconocimiento a mi hermana por su colaboración Cristiana con algunas generaciones de Seminaristas que en ese templo – Sagrado Corazón- pasan un tiempo como parte de su formación sacerdotal. Mi hermana y mi cuñado hacían aportaciones de pan que ellos elaboraban.

Nuevamente parientes, amigos, vecinos y en general paisanos nos mostraron su solidaridad con muestra familia como lo hicieron cuando fallecieron nuestros padres. Gracias, muchas gracias.

Mi hermana ya descansa en paz, su alma está con el Creador