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EL RITMO DE LA VIDA: Tepic, a merced de las inundaciones, hay amenaza de desastre
Por Pepe Reyna
24 / Junio / 2022
Hemos tenido apenas el primer huracán de la temporada, un tanto alejado de las costas nayaritas, pero ya con la amenaza de desastre por los torrentes de agua de lluvia que se descuelgan por ahí a diferentes rumbos de la capital nayarita.
Los más golpeados, hasta ahora, han sido los que se localizan al este y sureste de la ciudad, en perjuicio de zonas habitacionales y de continuo movimiento vehicular como las colonias La Peñita, las del arroyo El Sabino, las cercanas a la avenida Insurgentes desde el nodo vial hasta la salida a Guadalajara, todo lo que es La Cantera con su auditorio Amado Nervo y hasta el abandonado estadio de futbol y asentamientos humanos que lo rodean. El peligroso caudal del río Mololoa, las colonias asentadas en la zona federal de ese rumbo, Acayapan, Jauja, etc.
El mayor riesgo existe por el rumbo de La Peñita y la Caja del Agua, donde las zonas de viviendas están a punto de ser arrastradas por las aguas de tormentas, debido al arroyo cercano que atraviesa Ciudad del Valle y que desemboca, rumbo al río, a la altura de la Clínica 24 del IMSS, la colonia Gobernadores y la Estación de Bomberos.
Entre La Peñita y la Universidad Autónoma de Nayarit existen viviendas con grandes cavernas bajo el suelo, algunas sostenidas con pilares endebles, donde con cada torrente que se desprende del cerro de San Juan se despierta el temor entre aquellos habitantes de que sus patrimonios habitacionales pudieran ser arrastradas por las terribles inundaciones y fuertes corrientes que hasta ahora sólo se han llevado vehículos entre las furiosas aguas.
Dios no lo quiera, pero en cualquier momento de furia huracanada podría registrarse una gran tragedia que jamás sería digerida por las autoridades municipales, y todo por la apatía que se demuestra antes y durante la temporada pluvial y de peligrosos fenómenos atmosféricos.
Cuando en tiempos del gobierno de Emilio M. González se le planteó a este la necesidad de meterle drenaje pluvial a un para de arterias, para poder solucionar el torrente que se desprendía desde la parte alta de la calle Morelos al poniente, pasando la avenida Flores Magón, donde las enfurecidas aguas arrastraban a la gente que trataba de cruzar de una banqueta otra, don Emilio no lo pensó dos veces y para pronto estuvo lista la maquinaria y los grupos de trabajadores que procedieron a cavar muy hondo y a construir el drenaje pluvial con grandes tubos de concreto en los que cabía un hombre parado. El resultado favorable no se hizo esperar y adiós problema.
Cuando se hizo la excavación para el drenaje pluvial al este de la capital del Estado, allá por el rumbo de la estatua del Rey Nayar, la pequeña y débil tubería de concreto que se utilizó fue en verdad decepcionante para la población que pronto se percató del fracaso de la obra. Las inundaciones continúan siendo la pesadilla para ese rumbo, y ya desde la Central Camionera y la avenida Independencia se nota la carencia de verdadera infraestructura para toda una ciudad capital como la nuestra.
Por ahora, se insiste, la atención debería estar puesta al sureste de Tepic donde en lugares como la colonia La Peñita y El Sabino hay preocupación en grande y pánico cuando llueve.