CON PRECAUCIÓN: Lo antiguo tendría que desaparecer para dar paso a la modernidad

Por Sergio Mejía Cano

16 / Noviembre / 2022



En la entrega anterior se habló del anuncio emitido por el gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero, respecto al cierre de las cantinas de la calle Veracruz y demás calles aledañas en pleno Centro Histórico de Tepic, lo que sigue levantando ámpula en varias personas que, al comentar sobre el caso, hay quien señale que posiblemente esto tenga algo más de fondo.

En plática con familiares, amigos y conocidos, un adulto mayor dijo que en dicho anuncio del gobernador este afirmó que se tiene que modernizar esa zona de la ciudad; y vaya que sí, pues de la calle Zaragoza hacia la avenida Victoria, entre las calles de Puebla a la Veracruz, pareciera que es otro Tepic, así que dicha modernización posiblemente conlleve a la desaparición total de los inmuebles que ocupan las cantinas que ya están cerradas, lo mismo que erradicadas la mayoría de las muchachas que ofrecían sus servicios a lo largo de la calle Mérida, entre Bravo y Victoria.

Y esto de la posible desaparición de esas fincas, podría deberse al proyecto de la construcción de la Ciudad de las Artes Indígenas de Nayarit, en el lugar que ocupaba el mercado Manuel Z. Larios, debido a que con este proyecto no combinaría todo lo que existe ahora por la calle Veracruz, pues contrastaría en gran medida con dicha Ciudad de las Artes, ya que no podría estar acorde una nueva y moderna plaza con las fincas que en su mayoría son muy antiguas y además, muchas de ellas están abandonadas o en ruinas tanto en la misma calle Veracruz como en la Mérida.

Y respecto a estos inmuebles de los que muchos ya están en ruinas y a punto de caer, alguien comentó que hace tiempo se investigó quiénes serían los dueños originales de todos estos predios, encontrándose en muchos de los casos, que los dueños originales ya no existían por la probabilidad de haber muerto intestados y sin descendientes y que habían arrendado sus fincas a otras personas y, al fallecer, ya no hubo quién les cobrara la renta apropiándose en cierta forma los que rentaban esas fincas; pero que en la mayoría de estos inmuebles no aparecieron los propietarios que estaban registrados en el catastro.

Y respecto al ahora desaparecido mercado Manuel Z. Larios, hubo alguien que dijo que tal vez algunos de los propietarios de las cantinas sí tengan sus papeles y permisos en regla y que a la mejor se amparaban para volver a abrir sus negocios; sin embargo, alguien más de los que comentaban este asunto, hizo recordar que también en dicho mercado Z. Larios había locatarios que se habían amparado para que no los quitaran de su lugar, ¿y qué paso? Pues que de todos modos con amparo y sin él, de todos modos, los quitaron de ahí para seguir adelante con el proyecto de la Ciudad de las Artes Indígenas de Nayarit, proyecto del que por lo que se ve, ya está en marcha. Así que, con la pena, pero lo antiguo tiene que desaparecer para dar paso a la modernidad.

No es muy descabellado pensar en la posibilidad de que sí se vaya a modernizar la zona de las calles Veracruz y Mérida para que lo que ahí se vuelva a construir haga juego con la modernidad que representará la Ciudad de las Artes Indígenas. Y tan no es descabellada esta opción, porque algo similar ya ocurrió en la ciudad de Guadalajara, en el vecino estado de Jalisco.

La zona roja en la perla tapatía, se encontraba en las inmediaciones del barrio de San Juan de Dios, específicamente por las calles Gigantes, Obregón y avenida Javier Mina; sin embargo llegó el entonces gobernador del estado de Jalisco, Flavio Romero de Velasco (1977-1983) el que se propuso y logró desaparecer dicha zona roja que, prácticamente se encontraba en el corazón de Guadalajara; y, si bien no se derrumbaron las fincas que ocupaban los burdeles, sí dieron paso a giros comerciales. Sin embargo, en el municipio de Tlaquepaque, al oriente de la perla tapatía, se construyó una zona de tolerancia para que no quedaran sin trabajo las personas que trabajaban antes en la zona de San Juan de Dios.

Y a propósito de San Juan de Dios, una teoría de la conspiración decía que posiblemente las explosiones de aquel fatídico 22 de abril de 1992, había sido a propósito; pero con la mira de que la explosión fuera precisamente en la calle Obregón y no la de Dante, distante aproximadamente a ocho cuadras hacia el sur de San Juan de Dios. Y esto porque esa zona de San Juan de Dios también ha sido eminentemente comercial, por lo que, de haberle atinado en la explosión, construir ahí grandes centros comerciales.

Sea pues. Vale.