Líneas: ¿Quien les entiende?

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

06 / Noviembre / 2013

Por un lado las lamentaciones no se dejan esperar de parte de los agricultores de la zona norte con las incesantes lluvias y las tremendas inundaciones, que hacen recordar aquellos tiempos en que los pueblos se quedaban incomunicados por las crecientes de los ríos –con las severas secuelas que esto acarreaba, especialmente al cruzarlos por medio de vados, chalanes, canoas y batangas- y luego el peregrinar de los que trabajan la tierra (o la rentan) para lograr ser incluídos en la lista de indemnizaciones que el gobierno estima, y que llegan a los meses de duración, mientras se le saca a los más fregados las ayudas para los damnificados, y en la de los recursos del Fondem para los destrozos causados y que también tardan un buen rato, mientras las provisiones son repartidas (si algo bueno les dejan) entre los civiles afectados.

Y por el otro, las quejas también abundan en los ciudadanos que transitan por entre los innumerables baches (que por cierto se le ocurrió a don Roberto que les tomaran una foto para que tuvieran un recuerdo de sus agujeros callejeros más cercanos, y de fondo un paisaje lluvioso para hacer de cuenta que estamos en Londres, Inglaterra –en tiempos de la Segunda Guerra Mundial-)... Aunque entre los escombros que se forman con los amontonamientos desperdigados de basura en largo proceso de recolección, y el smog que van soltando los camiones urbanos chatarrones... Pues ya ni se oyen los lamentos de los ciudadanos por las constantes alzas desmedidas en los precios de los alimentos, el gas, la gasolina, los impuestos, las reformas –que tanto los perjudican-, la tremenda escasez de medicinas y los altísimos y exagerados cobros de los doctores especialistas en bajarles, no concretamente las fiebres ocasionadas por el dengue u otras enfermedades -especialmente las de índole respiratorio- sino la poca lana que les queda para tratar de curar sus males.
El rosario de penurias que se suceden unas a otras por causa de los adeudos a los bancos, a las casas comerciales que de siempre están ayudando a la economía familiar... Y una sarta de inconformidades contra aquellos que consideran que hacer obras millonarias es señal de modernidad invitando a su inauguración a un ya muy aplaudido homosexual contrastando con la reciedumbre y la virilidad de los Charros Mexicanos, pues pone en entredicho la suntuosidad con la jodidez imperante... Es como vestirse de gran gala para hacer las labores de faena en el campo...

Por otra parte viene Peña Nieto a poner en marcha un programa de apoyo a los agricultores en los que se van a invertir cerca de los diez mil millones de pesos, mientras se pierden las cosechas y se anegan las tierras por exceso de humedad... El Presidente no pudo pronunciar bien: Nayarit.

Los burócratas siguen en pie de lucha exigiendo sus salarios y las firmas de acuerdos laborales entre su patroncito –que es Don Gobierno- y ellos (a los que ahora que reclaman los llaman abusivos, gorrones y otros calificativos nada honrosos, y todo en un ambiente –para el gobernador- de progreso y lucha que hace historia... Y no se duda, porque también la escriben los apátridas, los ladrones y los traidores... Acuérdense de Judas Iscariote...

Control... Señores... Control... Pónganse de acuerdo y luego me explican en donde cabe la razón: si en un pueblo agorzomado o en un gobierno montado en el macho de la falsedad y la desvirtualización de la verdad... Por favor, de pasabola que alguien le explique a la gente cúal es el país de las maravillas en las que Alicia se quedó ... Porque yo, como decía el Chavo: no sepo...

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