Líneas: ¿Cruzará el Rubicón El Toro?

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

19 / Noviembre / 2013

Mientras Nayarit baila la danza de los millones el Ingeniero Héctor González Curiel, Presidente Municipal de Tepic, se bate a capa y espada no sólo contra los burócratas sino versius algunos empleados de su administración que a la hora de la verdad lo dejan y seguramente dejarán, como único responsable de las fallas, y muy contados serán leales y darán la cara cuando llegue el momento de rendir cuentas y determinar responsabilidades.

Cuando hay algún evento en el que se informa que el Ayuntamiento viene cumpliendo con lo que se puede para ayudar a los ciudadanos, inmediatamente ahí están para salir en la foto, pero cuando se trata de señalamientos y fallas de aplicación del presupuesto para tal o cual apoyo de la población, se esconden y cómodamente dejan que cargue con todo el peso de los compromisos incumplidos el primer edil.

Aunque ésta determinación de culpabilidad de ninguna manera resuelve la difícil situación económica por la que atraviesa el ayuntamiento, pero todos los funcionarios deberían demostrar capacidad y cumplimiento de los deberes que les corresponden, así como solidaridad con su presidente. Que informen quienes deben hacerlo, del destino de los adeudos a la Universidad Autónoma de Nayarit, para empezar.

Y a propósito del mandatario municipal El Toro González, hace unos días presentó su informe de labores conforme lo anunció previamente, señalando lo que se puede y lo que no es posible hacer con o sin dinero, respectivamente. Recibió felicitaciones de algunos sectores sociales tepiqueños por las obras señaladas, sin faltar los reclamos de los representantes de loa trabajadores de base y de confianza, a los que también en forma atenta les contestó que no se les pueden cubrir los salarios y prestaciones que exigen porque están realmente fuera de su alcance y se hace lo posible porque en cada quincena se les cubra lo correspondiente (a algunos), quedando pendiente de pago lo demandado y que en forma seriada se llegará a una cantidad que se acerque al monto solicitado y ganado (según lo declarado por la señora Águeda, -representante sindical- por derecho).

Lo cierto es que Héctor González Curiel le mete las ganas a los asuntos que le competen y va sacando adelante su municipio, no con todas las demandas cumplidas, pero de alguna u otra forma ahí la lleva. Se vienen los tiempos de pago de aguinaldos y otras prestaciones a los trabajadores y funcionarios, así como mil exigencias más de la sociedad, que hay que cumplir, mientras la ciudadanía cayó en las redes del consumo generalizado con las ofertas del Buen Fin, engañosas y desgraciadamente con el señuelo de ayudar a salir de la pobreza metiéndolos más a fondo en el caos de la necesidad.

Mientras, allá en el Ayuntamiento se piden mayores presupuestos para volver a tender las redes del agua potable y alcantarillado, reemplazar la capa de pavimento de calles, mejorar los servicios de recolección de basura, reforzar los cuerpos policíacos para mantener la seguridad pública y muchas etcéteras más; para lo que se ocupan miles de millones de pesos Por ejemplo: ¿Cuánto se necesita para levantar la capa de baches y cambiarla por una nueva? ¿Cuánto se necesita para dotar de los servicios completos y eficientes de agua potable y cloración regular de la misma al municipio? ¿Cuánto se ocupa para combatir la epidemia del dengue?

Porque Tepic no es solamente la ciudad capital con 300 y pico de colonias, sino que esta conformado por varias poblaciones adyacentes que igualmente solicitan y exigen cuando menos lo indispensable en todos los renglones.

Tenemos que tener Control Señores Control y ponernos a analizar esta cuestión de la administración del municipio más importante de los 20 que integran nuestra entidad, donde están asentadas las oficinas de los servicios del Legislativo, del Ejecutivo y del Judicial, y se tiene por la cercanía con ellas, más oportunidad de incorporarse a las atenciones y cumplimiento de las solicitudes que se han venido transformando en completa necesidad de satisfacerlas, sin embargo la realidad demuestra que los tepíqueños sobreviven en la carencia y la pobreza extrema y necesita mayor atención al empleo bien remunerado no solamente prometido

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