Mañana inicia la Cuaresma y la iglesia invita a la abstinencia y el ayuno

04 / Marzo / 2014

Redacción/ Gente y Poder

El miércoles 5 de marzo es el Miércoles de Ceniza. La imposición de la ceniza marca el inicio del tiempo cuaresmal. Todas las parroquias de la Diócesis de Tepic estarán imponiendo la ceniza en los horarios ya establecidos en los respectivos templos.

La ceniza puesta en la frente, o en la cabeza, es un signo que nos recuerda nuestra condición de criaturas, que nos invita a la penitencia y a intensificar el compromiso de conversión para seguir cada vez más al Señor.La ceniza nos recuerda que somos peregrinos en este mundo, y nos anima a ser humildes y abrir nuestro corazón a Dios. El tiempo de cuaresma sirve de preparación hacia la fiesta de la Resurrección de Jesús, que este año será el domingo 20 de abril.

Los medios para la conversión cuaresmal son la oración, el ayuno y la limosna.La cuaresma no es, como a veces se le ha entendido, como el no comer carne, no es el tiempo para cambiar el menú.
Durante el tiempo de cuaresma la Iglesia nos invita a la abstinencia y al ayuno. Son días de abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
La abstinencia obliga a partir de los catorce años, el ayuno de los dieciocho hasta los sesenta años de edad, y no obliga a quien esté enfermo.
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día. La abstinencia consiste en no comer carne durante el Miércoles de Ceniza y los Viernes de Cuaresma, pero esto no quiere decir que por fuerza se tiene que hacer el gasto de comprar pescados y mariscos.

Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser participe en un acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados.
El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio, como compartir una comida o despensa con alguien necesitado, ayudar a alguna familia que esté en problemas, acercarnos a algún hospital y llevar comida o ropa a los familiares de los pacientes, entre otros servicios generosos.
La Cuaresma es un tiempo de gracia donde la Iglesia nos invita a imitar a Cristo. Los que creemos en Jesús, por el hecho de creer en él, debemos de aprender a acercarnos a las miserias de los demás, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas.
El Papa Francisco, en su mensaje para la Cuaresma 2014, nos menciona tres tipos de miseria: material, moral y espiritual.

La miseria material es la privación de los derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad, como la comida, el agua, la casa, las condiciones de higiene, el trabajo, la posibilidad de desarrollo.
La miseria moral es convertirse en esclavos del vicio y del pecado, por ejemplo del alcohol, la droga, las apuestas, la prostitución, la trata de personas.
La miseria espiritual es cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor, por soberbia y por sentirnos autosuficientes.
La Cuaresma es un tiempo favorable para pensar en nuestras miserias materiales, morales y espirituales.

Por lo tanto, la penitencia es un ejercicio espiritual saludable para salir de dichas miserias y también para ayudar a otros a salir de ellas. La penitencia no ha de ser de aspectos superficiales y cómodos, sino que signifique verdadero sacrificio, que nos duela. Pero que nuestra confianza no esté puesta en nuestro esfuerzo, sino en la confianza en la misericordia de Dios Padre y el amor de Cristo Jesús, quien se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza.
La Cuaresma no es una celebración independiente, sino que se ordena a la preparación de la celebración de la Pascua. La Cuaresma hay que verla a la luz del misterio pascual. Es tiempo fuerte de evangelización para llevar al Bautismo a los no cristianos y a la superación evangélica a los bautizados.