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Estado de los ESTADOS
Por Lilia Arellano
17 / Julio / 2014
Cambio de nombres, mismas voluntades
Cual si se tratara de un deporte, el cambiarle el nombre a las calles, a las cárceles, a las intentonas dentro de las iniciativas, de las reformas, de las leyes, significa para la gente en el poder, para los que manejan la administración y dicen que son políticos, el fondo, lo importante, lo medular, lo que junto con la verborrea y los discursos de siempre los ayuda a formar multimillonarios patrimonios, les da categoría, los hace sentirse hombres y de poder. Así, al reparto del patrimonio nacional, a la reunión en la que se plantea como hacer el gran negocio, la cita en la que se compran y venden voluntades y el precio lo fija el número de electores con el que se cuente, lo llaman acuerdos.
Aplicación de la justicia y transformación se llama a la exoneración de Gastón Azcárraga, a la de Néstor Moreno, ex director de operaciones de la comisión Federal de Electricidad, aquel sujeto con yate, residencias, el que no ocultaba que el producto de su fortuna era ilícito. A que un Raúl Muñoz Leos ni siquiera pagara una mula que ascendía a mil 882 millones de pesos; este señor fue también director de Pemex y su esposa se pagó la cirugía plástica con fondos de la petrolera.
Otro ex director de Pemex, Rogelio Montemayor, tampoco liquidó la multa impuesta de mil 421 millones de pesos. La hermana de Santiago Creel Miranda, Dolores, evitó pagar los 16 millones de pesos que le impusieron, lo mismo que Carmen Segur Rangel o que Luis García Espino, comandante de la PFC y ni que decir de Cuauhtémoc Arce, el ex apoderado de Pemex Refinación y la multa de mil 300 millones de pesos que llegó acompañada de una inhabilitación por 20 años que sigue intentando eludir.
Seguridad Nacional, en el lenguaje de los políticos del momento, es tener una Gendarmería que se entrenó en un hotel en pleno centro de la ciudad, lugar al que llegaban a dormir, consumir sus tres alimentos y eventualmente marchar por esos pasillos. Eso sí, el costo ha sido multimillonario. También significa entregar a empresas privadas la seguridad de los aeropuertos, de las terminales marítimas. Para la revisión del equipaje en la Ciudad de México se dijo que cancelaron el contrato con la empresa española que gano la licitación, cuando ni siquiera la hubo, se trató de una asignación directa, pero tampoco la han cambiado, siguen siendo los mismos de siempre.
Ahí, en donde han reconocido que se transporta mucha droga, a los que molestan en las revisiones tanto personales como de maletas es a los pasajeros, nada se ve en las bodegas, en los hangares, en los sitios en donde se maneja la carga. A los que utilizan los servicios aéreos les impiden transportar hasta una botella de perfume, o de licor, o una crema de bolsillo o determinados cosméticos; se dan el lujo de toquetear con las manos a los que reclaman una revisión majadera y, por el otro lado, dejan pasar tambos completos de químicos, de precursores para la fabricación de drogas sintéticas.
Seguridad Nacional significa ser el guardián de los Estados Unidos. También vender las playas y las fronteras a los extranjeros o sea abrirse de par en par para lo que venga. Globalización quiere decir vender las materias primas, abrirse a los mercados pero para sangrar la tierra, los mares. Desarrollo es generar empleos de salario mínimo, sin prestaciones sociales, admitir la llegada de todas las firmas comerciales que liquidan a los medianos y pequeños fabricantes y empresarios y que compran los alimentos a precios ridículos para venderlos con etiquetas impagables para la mayoría.
Apertura es permitir que cada sector, de acuerdo a la importancia del nombre y el monto de su inversión, así como el porcentaje de entrega mensual, anual, trianual, sexenal a pagar a las autoridades, pueda operar con las reglas que le vengan en gana y si rebasan lo que la opinión pública durante años ha tolerado, le crean una ley que todo lo complica, se convierte en inaplicable, se amparan, y siguen su ruta tan campantes. Política significa rápido enriquecimiento, manejo de la compra y venta de votos, falsedad, hipocresía, rendición de culto a los superiores y apariciones públicas permanentes. En otro terreno también quiere decir prepago en almohada y colchón, sea cual sea el sexo.
Cuentas claras es ocultismo. Información es transmitir comerciales. Impulso al deporte, comer con una selección fracasada. Apoyo al campo es pasar de despojo a ocupación temporal de predios. Apoyar a las familias es eliminar los subsidios a gasolinas, gas, luz. Defender el patrimonio petrolero es vender el combustible crudo, sin ninguna refinación para luego adquirir a precio de oro las gasolinas que aquí podrían producirse. Mejoras salariales es evitar el pago con monedas y obligar a que se liquide con tarjetas de plástico para tener importancia, para ser alguien, para ir a los cajeros y condolerse de las zonas en las que éstos no existen porque ni hay dinero ni tampoco tienen para comer.
Este es el lenguaje que se ha tornado en incompresible, el que marca que el gobierno federal, los estatales, los municipales, los diputados, los senadores, los ministros, los jueces, van por un lado y los ciudadanos transitan en un sentido totalmente contrario y, por desgracia, el real.