Líneas : El Prof. Fernando Velázquez Arellano: Un talento matemático nayarita

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

13 / Enero / 2015

(Primera Parte)


Este singular personaje nacido en Tepic, Nayarit, nos narra su interesante historia desde sus orígenes, en el barrio de La Victoria y Zacatecas. Hizo sus primeros estudios en la escuela tipo, Juan Escutia, donde por causas de haber tenido problemas con una maestra muy represora –ya que en ese entonces, nos aclara-: Se acostumbraba golpear a los alumnos, por seguridad ya no regresé al tercer año, aunque los maestros me pedían que volviera, no lo hice, y me fui a la escuela Manuel Altamirano (la que está en la Mololoa) y en ella terminé el tercer año. Me enfadé porque su nivel era muy bajo en estudios, ya que no exigía mucho ese plantel, y ya para 1965, me cambié a la Gabriel Leyva, donde tuve unos excelentes maestros y ahí terminé la primaria.


Lo que quiero decirles (continúa el Prof. Velázquez) es que antes el nivel de la escuela tipo era muy elevado en cuanto a la aritmética, eso pasaba en la Gabriel Leyva, su nivel de enseñanza en esta área y en la de Historia, era considerable.

Posteriormente quiso entrar a la Escuela Normal Rural de Xalisco –no pasé el examen- y me regresé a Tepic. Mis padres me inscribieron en la Normal Urbana. Quiero también aclarar que no quedé en esa escuela porque uno de los requisitos era que yo fuera hijo de campesinos y para ello tenía que acreditarlo, pero eso lo supe tiempo después y también me tuve que separar de esa institución.

Conocí en la Normal al Maestro Enrique Hernández Zavalza, quien me rogaba que me quedara a estudiar para maestro, ya contaba con 15 años de edad, no acepté su ofrecimiento y le agradecí su interés pero opté por irme, a escondidas de mis padres, a la ciudad de México e ingresé en 1969, al Instituto Politécnico Nacional (POLI), a la Vocacional No. 2, que en ese entonces estaba dirigida por un excelente nayarita, un genio, el profesor Ingeniero Camberos, militar muy estricto Por cierto que la Vocacional 2 fue reconocida en ese tiempo por ser una de las escuelas más grilleras –por decirlo así- donde surgió el movimiento del 68.


Ya anteriormente (de unos 13 o 14 años) yo asistía a los mítines, a las marchas del 68, y estuve presente en la Marcha de El Silencio, donde se reprimió fuertemente a los estudiantes para mí en ese tiempo ser testigo de la mutilación de cuerpos de compañeros, heridos, muertos, pues fue impresionante puede decirse que participé como mirón con ellos en su movimiento, estoy de acuerdo en sus puntos centrales, en el pliego petitorio de ellos que exigían más respeto a los jóvenes, su incorporación a la vida electoral de nuestro país, sobre todo respeto a la vida electoral, cosa que no se ha logrado, pero, por ejemplo, ya en 1971, estando en la Vocacional 2 y ahí sí me toca participar en la marcha contra la reforma educativa de aquel entonces, donde también hubo muertos y me tocó ver como actuaban los halcones, que era un grupo para-militar del gobierno del Distrito Federal, comandado por el Coronel Rogelio Flores Curiel, que por desgracia era nayarita.

En aquel tiempo participé en la marcha, haciendo las consignas, íbamos gritando todos: los estudiantes unidos jamás serán vencidos y cosas por el estilo.


Ya para el 71-72, terminé la vocacional e ingresé a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, del Poli, y hago mis cursos de ingeniería civil, y algunos cursillos, que hice en mi carrera, con gente de la talla de Heberto Castillo que nos impartió Estructuras Metálicas, en un curso breve.

Ya para noviembre de 1976, obtengo mi título de Ingeniero Civil, termino mis estudios, van mis padres a la ciudad de México, (ellos eran muy pobres, su actividad fue el comercio, vendíamos pan en una vitrina en el mercado Juan Escutia, donde estaba El Chato Naya, que nos daba permiso y nos defendía. Después lo hacía Silvia Larios que también nos protegía. Para mí, guardo muy buenos recuerdos para estas personas).


Regresando a noviembre, me recibo como ingeniero y para diciembre presento mi tesis y ya para enero estoy titulado, mi papel me lo entregan en julio del 77. En ese tiempo me agarra la devaluación con Luis Echevarria, (1976) y al año me logro incorporar a Ingenieros Civiles Asociados (ICA), por medio de una relación que tenía con el Ing. Menjívar Bueno, que era el secretario de Gilberto Flores Muñoz, ex gobernador de Nayarit, que en ese entonces (1978) era el director general de Industria Azucarera en la ciudad de México. No conocí a don Gilberto, pero sí conocí a Menjívar y él fue quien me relaciona y me da un tarjetazo para irme a trabajar a Ingenieros Civiles y Asociados (ICA), en las plataformas marítimas de PEMEX, yo ahí en ICA le planteo a la empresa que quiero estudiar economía para dedicarme pues, a la ingeniería de costos, lo cual redundaría en ambas empresas en un beneficio mayor porque una persona que sabe ingeniería civil y tiene conocimiento pleno de la ingeniería de costos, pues mejora a la empresa, pero en fin no me entendieron ni quisieron darme la oportunidad que pedía para seguir estudiando economía, así que de ahí me meto a estudiar en la Escuela Superior de Economía, la maestría en Economía Industrial.


Por qué me abren las puertas, pues porque cuando estuve en economía dando clases, pagando mi servicio social, cubriéndolo porque me lo exigía el Politécnico, lo dí precisamente en esa escuela impartiendo Matemáticas, ya sabían ellos de mi inclinación hacia la docencia ahí en economía, los maestros lo sabían porque incluso le regalé otro semestre a la escuela en función de que me gustó, y el ambiente me fue favorable en esa escuela y seguí ejerciendo.


Cuando ingreso a la Escuela de Economía, el director de ese centro de graduados, me pone como condición que siga dando Matemáticas, a cambio de que yo no pagara la colegiatura en la maestría, de esa manera me convertí en maestro adjunto de Matemáticas y Estadística, del Prof. y Lic. Pineda, originario de Oaxaca, que había estado en Colorado, y en un momento dado me dijo: Bueno Fernando, te veo capacidad y creo que ya estás preparado para mandarte a la Universidad de Colorado, para que te especialices en Estadística Y yo nunca acepté eso por los prejuicios que hay en esa tierra, prejuicios de que ahí se preparaba gente, mexicana para incorporarse a la Central de Inteligencia Americana, esto fue un dato que me dieron en la Escuela de Economía, o sea que ahí se adiestraba a mexicanos para que sirvieran de espías al gobierno norteamericano. Yo llevé otros cursos ahí mismo en el post grado de economía, donde tuve como maestro al Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León, posteriormente fue Presidente de la República.


Con Zedillo tuve diferencias en lo concerniente al tratamiento matemático que le daba él a la economía, muchas veces logré sugerirle que sus planteamientos matemáticos que él tenía estaban mal hechos; él era una persona madura que entendía mi origen matemático, de qué escuela había salido, y en el Politécnico se tiene muy bien entendido quiénes son más aptos en esta materia, o en Historia, por ejemplo. Se tiene entendido –y Zedillo lo sabía- que los profesores (del Poli) saben más Matemáticas que los economistas. En ese sentido don Ernesto guardó sus distancias conmigo en cuanto al conocimiento de las Matemáticas, incluso hubo varias ocasiones en que al salir de clases me pedía que me quedara unos minutos más. Me invitaba a almorzar y nos íbamos ahí enfrente del Banco de México en el edificio que llaman de Los Mosaicos, en la capital, y aprovechaba la plática para hablar de Matemáticas.


Yo trabajé en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) era jefe de oficina, estamos hablando del 79-80, a mí me tocaba hacer la estadística de todas las adquisiciones que hacía la Secretaría, ahí hacía mis cálculos y gráficas y la inflación que se generaba en ese año, en cuanto a los artículos que la misma Secretaría manejaba.

Es decir, me tocaba contabilizar todo lo que se compraba y analizar los precios del año presente con los del año anterior, de ahí nosotros calculábamos el aumento de los precios y se hacían gráficas tomando en cuenta al Secretario de Comunicaciones, para ver si le gustaban o no, posteriormente ya pasábamos un grupo y le decíamos de lo que se trataba. Las sugerencias eran muy reservadas, porque estaba el Director de Estadística de la Secretaría, que era la voz que dirigía todo esto y realmente era muy leve nuestra participación, solamente en caso de duda de la inflación comparada con la del Banco de México, y de esta forma le aclarábamos al titular de la Secretaría, que era Mújica Montoya.


En un momento dado, la vida de uno, en circunstancias muy desfavorables, le llega a hostigarse de la manera de vivir en el Distrito Federal, y esos días decidí suspender mis estudios de Economía Industrial, claro que por sentirme cansado; se da un movimiento político en la Escuela de Economía, en el cual se descubre que muchos de los catedráticos de maestría, no eran doctores en Economía, entonces los que no tenían esa capacitación fueron expulsados y tuvimos que parar la escuela, tomamos la escuela, e incluso se investigó que esos maestros que daban su cátedra en la maestría, no eran doctores, y entre esos estaba Ernesto Zedillo Ponce de León, tenía la especialidad en macro economía, no era doctor, y en ese movimiento él sale y salimos nosotros. Fuimos dados de baja, a nosotros nos despidieron por haber armado ese movimiento, como una forma represiva, y el que es hoy doctor Zedillo, que no era en ese entonces, y otros, como el Lic. Carballo, que estuvo en el gabinete de Carlos Salinas, fueron dados de baja también pero ya como catedráticos. Ellos sí salen expulsados, o sea que caen cabezas de los dos bandos. Entre ese grupo, de los que luchamos por desenmascarar a todos esos profesores, pues había gente de El Salvador, de Honduras, de Panamá e incluso había uno de aquí de Nayarit, que era el licenciado Barajas, que destacó en los viajes de Salvador Allende, en aquel entonces, yo le decía Barajitas