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CON PRECAUCIÓN: La vida está en el agua
Por Sergio Mejía Cano
12 / Septiembre / 2017
Triste la situación que está pasando en este momento infinidad de gente debido a los terribles terremotos y huracanes. Nadie quisiera estar pasando por esos momentos catastróficos; sin embargo, es impredecible a quién le va a tocar y a quién no, no sabemos en realidad si nos llegará ese momento o no, pues vamos viajando en esta nave que consideramos nuestro planeta y que por lo mismo, no estamos exentos de nada de lo que pudiera pasar.
Desde luego que hay personas que maldicen estas tragedias, pero hay otras que sin dejar de sentir dolor por los afectados, señalan que en realidad los movimientos de la Naturaleza son benéficos para el planeta y por ende a todo lo que vive fuera y dentro de él. Y obviamente son tragedias para nosotros, los seres vivientes; pero la desaparición de unos es para dar vida a otros. Y esto me hizo recordar una frase que leí no recuerdo dónde: para vivir hay que morir. Alguien comentó que era atribuible a Cuauhtémoc, el último emperador tlatelolca que defendió el último reducto de la Gran Tenochtitlan, supuestamente porque la había pronunciado antes de morir aparentemente añadiendo que para que la raza mexica no desapareciera para siempre, era necesario que muriera. Claro que es una frase atribuible a muchas otras situaciones de la vida y de la misma Naturaleza, pero el caso es que todos estos movimientos de la tierra son el acomodo necesario para haya evolución; y los ciclos naturales del globo terráqueo sirven para que renazca todo, inclusive hasta los mismos sentimientos humanos.
A estas también llamadas catástrofes naturales, hay quienes las atribuyen a cuestiones teológicas y religiosas, alguien más aduce que son castigos por nuestros pecados y mal comportamiento; sin embargo, hoy en día hay estudiosos del tema que afirman que los humanos sí tienen mucho qué ver en que la fuerza de los huracanes haya aumentado, aunque no así de los movimientos telúricos porque eso se debe al movimiento de las placas tectónicas que constantemente se están acomodando, acoplándose para estabilizar los macizos continentales. Pero he escuchado a otras personas que con todo esto que dice mucha gente sobre los orígenes, que se atienen más a lo dicho por Alfonso Caso en una parte de su libro El Pueblo del Sol, en donde palabras más, palabras menos, dice: El hombre, ante los embates de la Naturaleza que no entiende ni puede dominar, teme y ama, es decir, adora. Por eso el hombre ha creado a los dioses y no los dioses al hombre; y si bien hay movimientos muy fuertes, hay otros de menor intensidad pero que están ocurriendo a cada instante y que son imperceptibles para el común de los humanos, aunque no así para los aparatos de medición tan avanzados hoy en día.
Circula en las redes sociales un escrito anónimo en donde alguien les da las gracias a los huracanes por mover los océanos con sus ciclos naturales, porque renueva los bosques, limpia los ríos, los campos y montañas; por recordarnos que como humanos no somos superiores al poder de la Naturaleza, por unirnos para ayudarnos mutuamente, por acercar a las familias; y porque nos recuerdan que tenemos que cambiar recordando que el planeta es un ser viviente al que hemos estado maltratando mucho; y sobre todo, por recordarnos que la vida es efímera y que vale la pena vivirla a plenitud.
Y sí bien hay personas que maldicen por ejemplo los huracanes y hasta oran para que ya no haya y que jamás vuelvan, la vida está en el agua, porque es bien sabido que tras del agua viene la vida. Infortunadamente hay quienes pierden la vida, pero es para dar paso a otras más. Con el agua todo vuelve a florecer, hasta la vida misma renace con más ímpetu porque la tragedia nos hace valorarla más al hacernos ver que en cualquier momento ya no estaremos más aquí. Y con esto de que tras del agua viene la vida, recuerdo una plática de una partera que comentaba que al momento del parto, primero sale el agua-se revienta la fuente- y luego lega la vida, es decir, el que nace.
Ojalá y la ayuda de la ciudadanía siga siendo solidaria, pero más que esa ayuda llegue a los verdaderamente necesitados, porque se informa en los medios que hasta el momento había localidades a las que no les había llegado ningún tipo de ayuda. Pero más aún que no haya rapiña de estos víveres que la gente con tan buena fe lleva a los centros de acopio, porque también se ha documentado que saquearon un tráiler volcado que llevaba ayuda a nuestros paisanos en desgracia. Pero en fin. Sea pues. Vale.