El presunto violador se niega a hablar; sospechan de más víctimas

* Empleadas de trabajo social de víctimas de delito han recorrido los alrededores del domicilio de Salvador Arellano Álvarez, ante la sospecha de que puede haber más afectados.
* Y él, recluido en prisión, no ha declarado. De ser encontrado culpable podría alcanzar una sentencia de hasta 30 años.

28 / Mayo / 2012

Por Óscar Verdín Camacho


La captura de Salvador Arellano Álvarez, divulgada el domingo 13 de mayo por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), generó una movilización especial por parte de personal de trabajo social de la dirección de Protección a Víctimas del Delito, con entrevistas con padres de familia en la colonia Santa Teresita, ante el temor de que numerosos niños hubieran sido objeto de ataques sexuales.

De hecho, las trabajadoras sociales pidieron a padres de familia que platicaran con sus menores hijos para establecer si fueron víctimas de Salvador Arellano, con la intención de fincarle más cargos.

Recluido en la penal de Tepic y a disposición del Juzgado Cuarto, con el número de expediente 233/2012, a Arellano Álvarez ya le fue dictado auto de formal prisión por el delito de violación agravada, aunque con una característica poco común: se dictaminó que no hubo penetración en las partes íntimas de una víctima, menor de edad, sino que obligaba el sexo oral.


La alerta generada entre distintas autoridades que dan seguimiento a situaciones que agravian a niños, ha cundido aún más por lo marcado en una ficha policial: en septiembre de 1998, el sujeto fue detenido por la carretera federal, entre Compostela y San Pedro Lagunillas, cuando intentaba huir a bordo de una camioneta. En esa ocasión fue vinculado a los delitos de rapto en grado de tentativa, y atentados al pudor en agravio de una niña de 11 años.

Es decir, se estaría ante un individuo que representa un alto peligro para menores de edad.


PIDEN DENUNCIAS


Tal y como fue citado líneas arriba, Arellano Álvarez, de 62 años de edad, ha motivado un trabajo de campo alrededor de su domicilio, en la calle Acayapan número 234, para establecer si habría más víctimas de abuso sexual.


Dedicado al comercio, en especial la venta de frijol, esa situación resultó determinante para que pudiera contactar a la víctima de que se tiene conocimiento, puesto que precisamente en ese lugar ocurrían los abusos cuando la víctima iba a comprar.

Según los datos recogidos, de momento no han existido más denuncias penales en su contra.


Puesto que la parte ofendida es menor a los 11 años y los abusos habrían ocurrido desde años atrás, la condena –en el supuesto de que así ocurra- puede oscilar entre los 10 años como mínimo y 30 años como máximo.


Y GUARDA SILENCIO

Hasta el momento, Salvador Arellano no ha emitido declaración alguna sobre la acusación penal.

Al momento de ser presentado ante el Juzgado Cuarto Penal, se reservó el derecho para declarar en fecha posterior y por escrito. Sin embargo, hasta este jueves 24 no había registro alguno.


Lo único que ha trascendido extraoficialmente es que unas semanas antes de su captura, presentó un juicio de amparo argumentando que policías estatales intentaban detenerlo sin causa alguna.


En realidad los agentes pretendían hacerlo comparecer ante un Ministerio Público. Ante ellos habría justificado que la parte ofendida estaba de acuerdo con lo que él hacía.

Al conocer el juicio de amparo y ante el riesgo de de que Arellano huyera, la PGJ optó por consignar el expediente ante el Juzgado Cuarto Penal, en tanto que policías vestidos de civil mantuvieron vigilancia constante hasta que se obtuvo el mandamiento judicial.


Así, el domingo 13 fue boletinada su captura.

De acuerdo con funcionarios que están dando seguimiento al caso Salvador Arellano, explican que podría estarse ante un individuo en una situación enfermiza y de alto peligro que pudo agredir a otros menores de edad, por lo que esperan que haya más denuncias penales en su contra. Al menos esa es la intención con el trabajo de campo que efectuaron un grupo de trabajadoras sociales en la colonia Santa Teresita.