Líneas: Aquellos viejazos de Santiago

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

19 / Julio / 2012

Podríamos imaginarnos la calle 20 de Noviembre, de Santiago Ixcuintla, en el tramo frente a la plaza principal, hace más de cincuenta años, y la veríamos más animada que ahora, con menos pasadera de carros pero con mayor movimiento ciudadano Por ejemplo ahí en esa cuadra, estaba en la esquina con la calle Allende, la tienda de La Charrita, esposa de uno de los primeros locutores de la XESI, llamado don Francisco, enseguida le seguía –hacia adentro la birriería del señor Hidalgo- y luego los billares y la cantina de don Max Rivera, regenteada por el popular Huachicol.

En ese centro pulero y carambolero se daban cita a la una de la tarde en punto, los tomadores más afamados de Santiago, que se dedicaban entre libaciones cerveceras a discreción, a la práctica del cubilete y a echarle tostones a la rockola, en la que imperaba la rola Falsa entre otras muchas, famosas, que se escuchaban a todo volumen, estando en mero enfrente de la parroquia del Señor de la Ascensión.

Siguiendo la trayectoria hacia el Palacio Municipal, seguía la refresquería El Nevado del popular futbolista guadalajareño don Salvador Villaseñor y su esposa Chabela Anguiano, que afamaron la raíz de cerveza; continuaba la Botica del Pueblo, -sirviendo a la clientela don Francisco El Loco Cevallos, y sus padres-; luego una tienda de deportes propiedad de don Federico Meléndez –atendida por un chamaco sentispaqueño, muy apreciado entre los jóvenes de aquella época, llamado Aristeo (El Zambutido)- y enseguida una ferretería muy bien surtida, cuyo dueño era don Antonio Naya Ibarra; seguía el Teatro Cine Colón, donde laboraba como cácaro don Ignacio Peña (estimado longevo, que hoy vive sus ciento y pico de años) y su hijo, del mismo nombre, -quien falleció (creo) en un accidente-, donde por su calidad de cine cerrado empezaron a ponerse de moda las tardeadas y las matinés.

Contra-esquina estaba la vieja casona de la familia Valdés, seguida por la lonchería Los Tres Trujillo, la Botica del León, propiedad de doña María Godínez, un Banco, un Hotel (de las Pérez, Las Sordas) y una serie de comercios hasta llegar a la Casa de los Cosío frente a la Escuela Primaria Juana de Asbaje y Ramírez.

Pudiera ser que me equivoque al mencionar esta hilera de negocios, que en aquellos tiempos representaban un bloque de comercios tan populares como florecientes, pero lo principal era que los propietarios rifaban entre la sociedad como las personas que integraban el núcleo más importante en aquellos tiempos, que junto con mi señor padre, formaban parte de los Comités de la Feria de Santiago, en aquellos años en que se implantaron los Juegos Florales y fueron ascendiendo estos eventos a la calidad de Nacionales.

Don Manuel Robles, regenteaba con éxito el popular Casino de Santiago (frente a la escuela EMO), y se caracterizó por impulsar los deportes que más se practicaban (como el Béisbol y el Basquetbol), llegando a ocupar durante varios años (Los Diablos Rojos) el Campeonato del Estado en el de las canastas, y el interestatal en el de los batazos, teniendo un line up de polendas cuando lo dirigió don Luis Molinero Montes de Oca, quien se quedó con nosotros en esta tierra cálida y hospitalaria, y alinearon los mejores players locales y extranjeros de aquella época.

Recuerdo esto con mucho orgullo y no poca nostalgia, porque fue la mejor época de la Costa de Oro en Ixcuintla, y porque me decía un chavalo de la nueva ola, que me discutía sobre las grandes diferencias entre las generaciones de santiagoixcuintlenses (de antaño con las de hoy), diciendo que nosotros crecimos en un ambiente primitivo, sin televisión, Internet, teléfonos celulares, aviones jet, viajes al espacio, naves con energía nuclear, autos eléctricos con hidrógeno, computadoras con procesos de velocidad de la luz y más

Tienes razón, hijo, -le contesté- nosotros no tuvimos esas cosas cuándo éramos jóvenes así que nuestra generación las tuvo que inventar Pero dime, ¿Qué estás haciendo tú, para las que siguen?...

Control Señores Control No es de la autoría de este servidor, pero sí se puede aplicar para bajarle los humos a la nueva generación, que hoy tiene la mesa servida pero que no puede con el tercio Y se van a pique con las crisis

(Líneas. Tel. 311- 158-66-55).