Se equivocó Héctor Santana; nada más con 800 metros cuadrados

16 / Mayo / 2013

Por José María Castañeda

SANTIAGO.- Al que le fallaron las matemáticas, el algebra y la geometría; a la hora de cuadrar un terreno, fue al constructor Héctor Santana, ampliamente conocido como el Totín Santana, luego que se pasara nada más con 800 metros cuadrados a la hora de construir el motel de paso llamado Estefanía que construyera a unos metros del crucero del Papalote.

La mañana de ayer el reportero de esta casa editora fue informado, por comunicativos miembros del Sindicato de Trabajadores Afiliados a la Sección V del Sutsem, que el motel antes referido estaba dividido en dos por una barda de 2 metros de altura y 40 metros de largo; y es que añaden las fuentes anónimas que el Totín Santana había comprado solamente 20 metros de frente por 40 de fondo, pero como el sitio estaba enmontado y se decía que el propietario -quien es originario del poblado de Villa Hidalgo y responde al nombre de Pedro Páez- era una persona de edad avanzada, ni caso le hacía a la propiedad. Lo anterior movió la ambición del constructor, quien a la hora de construir lo hizo sobre una superficie de 40 metros de frente por 40 de fondo, y así estuvo trabajando de manera interrumpida a lo largo de 6 años con un motel de paso que contaba con 7 cuartos a cada lado dando un total de 14 cuartos.

Sin embargo, con lo que no contaba el constructor era con que una de las hijas del anciano propietario del solar (donde se edificaran 7 cuartos con sus respectivos adornos) quien por cierto es abogada, al darse cuenta de este agandalle de inmediato tramitó un juicio por despojo; el cual luego de algunos meses el juez falló en su favor, por lo que de inmediato la licenciada Olivia Páez mandó albañiles a construir la mencionada barda por lo que finalmente el mencionado motel Estefanía quedó dividido y cuenta con dos propietarios. Fuimos enterados, la tarde de ayer cuando hacíamos este pequeño reportaje, que Héctor Santana ha querido comprarle a la licenciada Olivia Páez la propiedad; sin embargo aquí sí que le tronó el cuete al cuetero, ya que la licenciada Páez si le vende al Totín solamente que le vende no como solar baldío, sino como obra construida. Y es que nadie debe de construir en terrenos ajenos, porque pierdes por gandalla lo que hayas invertido. Finalmente a nuestro regreso del Papalote, todavía nos encontramos a los burócratas jubilados y en activo en amplia charla; mencionándonos a nuestro regreso tras corroborar que efectivamente habíamos ido a hacer el reportaje, que así obra Héctor Santana, a un costado de la obra que realiza el empresario Pepe Porras quien compró un pedazo de tierra de cultivo seguramente para construir otro descremadero -vulgo motel de paso-, y a un lado tiene otro solar Sabino Lora. Y a la hora de medir el terreno, de nueva cuenta, le fallaron las cuentas al constructor pasándose algunos metros hacia el solar de Sabino; solamente que éste, de inmediato, le aclaró diciéndole ¡épale, épale aquí te me metiste compadre!.

Así las cosas, con el constructor reprobado en matemáticas algebra y geometría; Héctor Santana.