Las autoridades no quieren recibir criticas, se molestan por violaciones a los derechos humanos

No ha sido fácil ni sencillo en un entorno habituado a enfrentar los conflictos, no con la fuerza del derecho sino más bien con la autoridad de la fuerza.

02 / Octubre / 2009

Por Juan Carlos Ceballos .-

No ha sido fácil ni una encomienda sencilla, en un entorno habituado a enfrentar los conflictos, no con la fuerza del derecho sino más bien con la autoridad de la fuerza, no ha sido fácil recabar quejas, por presuntas violaciones a los derechos humanos, por parte de las autoridades, hacer las investigaciones pertinentes, valorarlas, resolverlas y en su caso emitir recomendaciones” así lo manifestó el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Guillermo Huicot Rivas Álvarez.

Remarcó, con frecuencia  a lo largo de este proceso, se producen malestares, en autoridades poco acostumbradas, a recibir críticas desde los organismos autónomos, a los que llegan a considerar ya no incluso como defensores del pueblo, sino como defensores de la delincuencia”.

O bien que se producen incomodidades o descalificaciones en sectores  de la sociedad por considerar que dichas actuaciones, no son sino producto de consignas, producto de los poderes constituidos o bien de los poderes mágicos, en medio de la competitividad propia de una sociedad viva y dinámica como la mexicana, la propia comisión y el sistema nacional de organismos públicos de derechos humanos se han consolidado, lo que no significa de ninguna manera que se hayan petrificado o que no quede nada por hacer”.          

Agregó, en este marco a lo largo de los últimos 10 años la figura del Doctor José Luis Soberanes Fernández, en su carácter de presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ha sido fundamental, para la consolidación no solo de la Institución a su cargo, sino del sistema nacional, de protección  no jurisdiccional de los derechos humanos”.          

 En el México contemporáneo la creación de un sistema de organismos públicos de derechos humanos y consolidación como defensor del pueblo ante los abusos del poder y como contribuyente en la generación de una cultura de respeto a los derechos humanos, reviste una importancia difícil, de soslayar”  

Durante los años recientes el devenir de la democracia mexicana ha incorporado, a su compleja y dinámica estructura una serie de elementos, que pretenden coadyuvar, para hacer posible un México más justo y participativo, un país en el cual los múltiples y multifacéticos elementos, que lo configuran como un país único, colaboren hacia la consecución de una meta común, indudablemente entre estos elementos ocupa un lugar relevante el ámbito de los derechos humanos.  

Rivas Álvarez, señaló, “no ha sido cosa fácil hacer diagnósticos, de las condiciones que guarda el sistema penitenciario nacional, la situación de los migrantes, o el valuar la pertinencia de la intervención del ejército, en las tareas de seguridad pública y la lucha contra el crimen  organizado, sin provocar violencia, no ha sido fácil la tarea de contribuir, por diversos medios, a la generación de una cultura de respeto a los derechos de todas y de todos”.

Sin embargo ha sido a través de estas actuaciones responsable, ética y objetiva, como el sistema público de derechos humanos se ha fortalecido en nuestro país, ha sido a través de sus informes especiales y recomendaciones generales, en temas como la práctica de la tortura, las detenciones arbitrarias, el uso ilegítimo de la fuerza  y las armas de fuego, la discriminación entre otros, como se han sentado precedentes, en la defensa y protección de los derechos humanos en nuestro país, ha sido a través de su ejemplar actuación, como se ha convertido en el referente ético – jurídico de México”