SANTOS Y PECADORES_ El legado de MAFER...

Por Abisaí Barajas

17 / Septiembre / 2013

Al morir trágicamente, la madrugada del martes 16 de septiembre del 2003, Marco Antonio Fernández Rodríguez, contaba con 41 años de edad. Era un político promesa que mantenía envidiables relaciones públicas con las cúpulas del poder y con líderes de otros partidos políticos. Su desempeño en la Cámara de Senadores era notable, siempre participativo.

Su muerte conmocionó a las clases políticas de Nayarit y no tardaron en lamentar la noticia y expresar condolencias a familiares y amigos del extinto líder cetemista. La noticia de su muerte corrió como reguero de pólvora. Ya para las diez de la mañana de ese día, todo México y Nayarit se habían enterado de la fatal noticia.

En ese entonces Antonio Echevarría Domínguez era el Gobernador de Nayarit y Manuel Humberto Cota Jiménez presidía la Gran Comisión en el Congreso del Estado. En el marco del desfile cívico militar, que apreciarían los titulares del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en Palacio de Gobierno, se generaron las primeras reacciones.

Marco Antonio Fernández, Mafer, como algunos le decían, ya no estaba entre nosotros, había partido a un mejor lugar. Calaba hondo su ausencia, más a quienes convivieron cerca de él: su familia, amigos y jóvenes seguidores, uno de ellos Roberto Sandoval Castañeda, quien había encontrado en Marco Antonio Fernández a un líder natural de quien aprendió mucho.

En los pasillos de la política muchas preguntas hacían eco: ¿quién ocuparía el lugar de Marco Antonio Fernández? ¿Quién podría asumir el liderazgo que le caracterizaba? Más aún, cuando en fechas recientes había expresado un discurso en la CTM, en donde convocó a la familia obrera de Nayarit a mantenerse unida para enfrentar y superar adversidades.

Nadie imaginó que al partir de este mundo, Marco Antonio heredaría su legado político a Roberto Sandoval Castañeda, un colaborador suyo, joven, de origen humilde, con el gran sueño de servir a Nayarit. Y fue Roberto, quien a base de sacrificios y esfuerzos emergió del PRI como el hombre que retomaría el sueño del extinto senador.

A una década de este lamentable suceso, ayer lunes 16 de septiembre, al término del desfile cívico militar, la clase política se trasladó de Palacio de Gobierno a la sede del PRI estatal, en donde familiares y amigos lo recordaron con sentimientos encontrados. Ahí estaba su viuda, sus hijas, su hijo, sus yernos y sus hermosas nietas.

El aniversario luctuoso contó con discursos profundos, venidos del fondo del corazón. Se revivieron instantes que hacían vibrar el pecho, luego los aplausos ensordecedores hacían retumbar la bóveda del auditorio del PRI estatal, abarrotado por más de 500 personas cómodamente sentadas, atentas a las palabras de los oradores.

Sorprendió a propios y extraños, cuando la diputada local Jocelyn Fernández, hija de MAFER, relató que en una ocasión su padre le contó que un joven valiente, colaborador suyo, de nombre Roberto Sandoval, le había salvado la vida al librarlo de un conflicto de agremiados que amenazaba la vida del líder obrero. Esa acción la tenía muy presente Marco Antonio.

Y en su oportunidad, el hoy Gobernador Roberto Sandoval, quien acuña en su gobierno la palabra y el concepto de UNIDAD, se refirió a Marco Antonio Fernández como un gran líder, defensor de las causas sociales, de los trabajadores, de nuestro Estado. Es un ejemplo a 10 años de su fallecimiento, expresó.

El homenaje fue una oportunidad para que la gran familia priísta se fundiera en un abrazo, y al término del acto de aniversario luctuoso se pudo ver a legisladores locales y federales, así como a líderes de diversos sectores y organizaciones conversando en buena lid, intercambiando comentarios e impresiones.

Amigos lectores, así las cosas en el PRI, por hoy es todo, les deseo que tengan una semana productiva y exitosa, nos leemos en la siguiente entrega de Santos & Pecadores...