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REDESCUBRIENDO: La Influencia Religiosa en el Proyecto de Independencia de Miguel Hidalgo.
Por: José Miguel Cuevas Delgadillo
17 / Septiembre / 2013
Miguel Hidalgo fue el principal líder del movimiento independentista en Nueva España. Cura, teólogo y pensador ilustrado, Hidalgo, nunca se deslindó de su formación religiosa. En ese sentido, podemos afirmar que Hidalgo tuvo una liberación de conciencia parcial, es decir, intentó una autonomía en relación al dominio español en algunos aspectos: político y social, sin embargo, en cuestiones de religión siguió compartiendo su devoción con la Iglesia. Esto se reflejó en el acto de traer consigo algunos símbolos de la catolicidad novohispana, el más representativo fue, sin duda, la virgen de Guadalupe. Las personas participantes en el movimiento de independencia ignoraban la concepción de la emancipación liberal ilustrada, la liberación con base en la política liberal iniciada con la independencia de las 13 colonias de América del Norte (1776) y la Revolución Francesa (1789), que no incluían en sus proyectos de CAMBIO la libertad de cultos, la diversidad religiosa como opción libre para el pueblo.
Para el historiador crítico Jean-Pierre Bastian queda clara la postura que tomó Hidalgo en relación al tema de la libertad de culto: Después del triunfo de los criollos sobre los españoles (gachupines), el catolicismo continuo como religión de Estado, al tal punto que las opciones frente a la monarquía colonial era crear una república clerical o seguir el camino del anti clericalismo republicano. No existía una tercera posibilidad que permitiera a la vez una reforma católica y una reforma de las mentalidades heredades de la colonia, con el fin de desarrollar otro modelo de sociedad cuya base religiosa hubiera podido articularse a la modernidad política y económica que reivindicaban las elites favorables a la independencia. Para el cura Miguel Hidalgo fue fundamental conservar el dominio de la Iglesia en la nueva nación una vez que se obtuviera la independencia. En ese sentido, Hidalgo no se deslindó nunca de su religión. En su Proclama a la Nación Americana, Hidalgo sentó las bases de lo que sería la intolerancia religiosa en la nueva república libre e independiente, Hidalgo dijo: No: los americanos jamás se apartarán un punto de las máximas cristianas, heredadas de sus honrados mayores. Nosotros no conocemos otra religión que la católica, apostólica, romana, y por conservarla pura e ilesa en todas sus partes, no permitiremos que se mezclen en este continente extranjeros que la desfiguren.
En su estudio de la influencia religiosa en los movimientos de independencia de las colonias españolas en América Latina, Jean-Pierre Bastian afirma que algunos pensadores liberales mexicanos del siglo XIX posteriores a la guerra de independencia, percibieron que en el caso de los Estados Unidos no se emanciparon de su tradición protestante-puritana inglesa, lo cual imitaron para aplicarlo a México, pero teniendo como fundamento al catolicismo, apostólico y romano. El historiador Bastian precisa: De ahí provino un dilema liberal posterior: como modernizar al México independiente siguiendo los modelos de la modernidad anglosajona y francesa, pero sin tener que adoptar el modelo protestante. Partiendo de este problema central algunos de nuestros liberales del siglo pasado percibieron que Estados Unidos al emanciparse políticamente, no se emancipó de su tradición inglesa puritana, la cual le sirvió de inspiración y a la cual se asimilaron. En cambio, para los liberales mexicanos y latinoamericanos, la concepción irrestricta de la libertad de conciencia para sí mismo y para el pueblo estaba más allá de todas sus posibilidades psicológicas e históricas. redescubriendo@hotmail.com