El obispo alerta: hay que analizar al candidato, sus valores, no su publicidad

* Luis Artemio Flores Calzada pide a los ciudadanos acudir a votar, libre y en secreto, y a los candidatos que no hagan campañas con promesas irrealizables.

10 / Junio / 2014

Por Oscar Verdín Camacho

El obispo de la Diócesis de Tepic Luis Artemio Flores Calzada lanzó una invitación a los católicos para que el seis de julio acudan a votar, pero también los alertó para que razonen a cuál candidato o partido apoyarán y, principalmente, conocer sus valores más allá de su publicidad.

A la hora de mirar a los candidatos, hará falta darse cuenta quiénes son, cuál ha sido su interés por favorecer el bien común y cuál es su adhesión a valores fundamentales: el respeto a la vida, a la palabra dada, a la dignidad humana, al fortalecimiento educativo y de la salud, al trabajo honesto, a la libertad de conciencia y de expresión, a la construcción de la paz.

Ante reporteros locales, Flores Calzada leyó una carta pastoral en la que valoró la oportunidad de los ciudadanos para evaluar y valorar tanto a partidos como a candidatos, pero también un reto porque en una época en que frases cortas y espectaculares llamativos hacen más difícil el conocimiento, el comentario sólido y la reflexión sobre los programas y los candidatos, con mayor razón hace falta ver y oír más allá de los bombardeos publicitarios.
Añadió más adelante:
No podrán alcanzarse metas tan elevadas con campañas políticas ruidosas o con frases ambiguas y entrecortadas. Sería vana ilusión pensar en un cambio favorable de la noche a la mañana o como efecto mágico de los resultados electorales. No obstante, esta ocasión será oportunidad y reto para dar un paso adelante en conciencia y compromiso.
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Vestido de negro al igual que el sacerdote Rafael Rentería que lo acompañó en una mesa, el obispo de la Diócesis de Tepic contrastó gratamente en un aspecto con los políticos: fue puntual. Si se convocó a la conferencia de prensa a las 10 de la mañana, a esa hora inició.

Flores Calzada se pronunció porque las campañas no sean a base de descalificaciones, de identificación de ‘enemigos’, de promesas irrealizables, (porque) se falta no solamente a la elemental cortesía, sino a la auténtica vocación del político en la sociedad actual.
Las campañas tienen por objeto darle realidad a la vida democrática y por consiguiente las elecciones no son una contienda entre enemigos, ni una prueba de la que resultan vencedores y vencidos, sino el momento crucial del que dependerá un futuro de participación y avance compartido, un punto de partida que conducirá al bien de todos.
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En la conferencia, efectuada en un salón del hotel Fray Junípero, Flores Calzada hizo referencia a un documento en el que los obispos mexicanos se pronunciaron sobre recientes reformas constitucionales.

Nos preguntamos de qué manera serán benéficas sobre todo para los que han estado permanentemente desfavorecidos o si serán una nueva oportunidad para aquellos acostumbrados a depredar los bienes del país.

Pero el obispo observó que una reforma también debe ser en la mente y el corazón individual.

Si no se reforma la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad de encuentro y fraternidad solidaria, no habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales que nos llevan a estar más atentos por la vida privada de los artistas que por el sufrimiento de los migrantes arrojados de un tren por no tener para pagar a los extorsionadores; o a ver como estadística y nota periodística los secuestros, la trata de personas, la impune actividad del crimen organizado, las cuotas forzadas, la violencia y los cadáveres decapitados en fosas clandestinas.

Y siguió el obispo:

Ese panorama, que de una u otra manera está presente en Nayarit, valioso por su pueblo sincero y sencillo, festivo y fervoroso, compartido y generoso, no ha de seguir presente y si bien su superación no es tarea solitaria de quienes resulten elegidos el 6 de julio, sí es tarea de ellos junto con todos los ciudadanos, al asumir un compromiso común.

Por todo ello, añadió la importancia de que los ciudadanos emitan su voto libre, en secreto y de que valoren por quién lo harán.
Y es que si no participamos, remató el obispo, después no nos podemos quejar.