Carta pastoral de Obispo de Tepic con motivo de las elecciones en Nayarit

10 / Junio / 2014

A todos los habitantes de nuestro Estado de Nayarit:

Como Obispo de La Diócesis de Tepic, porción del pueblo de Dios que se le confía a un obispo para ser apacentada con la cooperación de sus sacerdotes quiero presentar algunas reflexiones a propósito de las próximas elecciones en el Estado de Nayarit que tendrán lugar el 6 de julio del presente año. Estoy convencido que el sistema democrático es la mejor opción para la construcción y desarrollo de una sociedad equitativa en México.

Elección de diputados locales y presidentes municipales
Cada tres años la ciudadanía de las distintas entidades federativas acude a las urnas para elegir diputados locales y presidentes municipales. Los primeros tienen bajo su responsabilidad conocer las necesidades de los habitantes de cada estado y reflejarlas en la legislación, pues representan el interés común. Los segundos son quienes, presidiendo un ayuntamiento, es decir, un conjunto de ciudadanos que forman un cabildo comunitario, están más cercanos a las necesidades diarias de quienes constituyen la población en su dimensión territorial más concreta y, por consiguiente, son quienes con mayor eficacia pueden contribuir a la armonía y el orden públicos.
Este año se presenta en el estado de Nayarit el tiempo de elecciones y las campañas de los partidos y candidatos se han iniciado. Junto con esos hechos positivos, asoma la sombra del abstencionismo, mal que no sólo afecta a quien deja de emitir su voto, sino a la sociedad en su conjunto, al cegar o al menos dificultar la democracia, que más que una acción pasajera es un estilo de vida y la forma de gobierno que ha resultado más efectiva.
Estamos, pues, delante de una oportunidad y de un reto Oportunidad porque en el tiempo que falta para la realización de las elecciones, los ciudadanos podremos evaluar la gestión de quienes terminan su labor pública, valorar a quienes presentan sus candidaturas en cuanto a su valía personal y trayectoria, y de evaluar el programa de gobierno del partido en el que se ubican o de su candidatura independiente.
Reto porque en una época en que frases cortas y espectaculares llamativos hacen más difícil el conocimiento, el comentario sólido y la reflexión sobre los programas y los candidatos, con mayor razón hace falta ver y oír más allá de los bombardeos publicitarios.

Conocer la calidad moral de los candidatos y de sus partidos

A la hora de mirar a los candidatos, hará falta darse cuenta quiénes son, cuál ha sido su interés por
favorecer el bien común y cuál es su adhesión a valores fundamentales: el respeto a la vida, a la palabra dada, a la dignidad humana, al fortalecimiento educativo y de la salud, al trabajo honesto, a la libertad de conciencia y expresión, a la construcción de la paz. A la hora de mirar a los partidos que los postulan, hará falta tener en cuenta la congruencia que han demostrado en sus actuaciones tanto en la elaboración y puesta en práctica de las leyes como en la búsqueda del desarrollo integral de los mexicanos y los nayaritas.
Como creyentes, además, nos corresponde confrontar hechos y proyectos tanto con el patrimonio de la doctrina moral, especialmente en cuanto a la auténtica valoración de la familia en sus distintos aspectos, como con el de la doctrina social de la Iglesia que privilegia la noción de la autoridad como servicio y tiene como prioridad el bien de los pobres, su dignificación y el desarrollo social sin exclusión. El Papa Francisco ha dicho: Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedadserá imposible erradicar la violenciaCuando la sociedad —local, nacional o mundial— abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar definitivamente la tranquilidad.
San Agustín ya había dicho: La paz es fruto de la justicia. Por consiguiente, la paz es una edificación, se construye. Es un cultivo, se siembra con actos. Es un ideal, se espera y se ora por ella.

Las campañas, contienda de propuestas no de descalificaciones

Si las campañas políticas se integran a base de descalificaciones, de identificación de enemigos, de promesas irrealizables, se falta no solamente a la elemental cortesía, sino a la auténtica vocación del político en la sociedad actual. Las campañas tienen por objeto darle realidad a la vida democrática y por consiguiente las elecciones no son una contienda entre enemigos, ni una prueba de la que resultan vencedores y vencidos, sino el momento crucial del que dependerá un futuro de participación y avance compartido, un punto de partida que conducirá al bien de todos.

Preocupados por el bien del país y de nuestro Estado
Recientemente, los obispos mexicanos emitimos un documento sobre la situación del país. En él quedó escrito: Sentimos gran preocupación por el futuro de nuestro país. Por eso, ante las recientes reformas constitucionales hacemos nuestras las inquietudes de nuestro pueblo y nos preguntamos de qué manera serán benéficas sobre todo para los que han estado permanentemente desfavorecidos o si serán una nueva oportunidad para aquellos acostumbrados a depredar los bienes del país Si no se reforma la mente y el corazón, si no se reforma la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad de encuentro y fraternidad solidaria, no habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales que nos llevan a estar más atentos por la vida privada de los artistas que por el sufrimiento de los migrantes arrojados de un tren por no tener para pagar a los extorsionadores;
o a ver como estadística y nota periodística los secuestros, la trata de personas, la impune actividad del crimen organizado, las cuotas forzadas, la violencia y los cadáveres decapitados en fosas clandestinas.
Ese panorama, que de una u otra manera está presente en Nayarit, valioso por su pueblo sincero y
sencillo, festivo y fervoroso, compartido y generoso, no ha de seguir presente y si bien su superación no es tarea solitaria de quienes resulten elegidos el 6 de julio, sí es tarea de ellos junto con todos los ciudadanos, al asumir un compromiso común.

La construcción de la paz, tarea de todos

La construcción de la paz es posible, pero requiere mucho más que palabras. El Papa Francisco nos ha dejado esta consideración digna de meditarse: La Iglesia proclama ‘el evangelio de la paz y está abierta a la colaboración con todas las autoridades nacionales e internacionales para cuidar este bien universal tan grande. Al anunciar a Jesucristo, que es la paz en persona, la nueva evangelización anima a todo bautizado a ser instrumento de pacificación y testimonio creíble de una vida reconciliada. Es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones. El autor principal, el sujeto histórico de este proceso es la gente y su cultura, no es una clase, una facción, un grupo, una élite.
No podrán alcanzarse metas tan elevadas con campañas políticas ruidosas o con frases ambiguas y entrecortadas. Sería vana ilusión pensar en un cambio favorable de la noche a la mañana o como efecto mágico de los resultados electorales. No obstante, esta ocasión será oportunidad y reto para dar un paso adelante en conciencia y compromiso.

Jesucristo y la Virgen María nos invitan a la solidaridad y el amor
Jesucristo Nuestro Señor y Nuestro hermano está con nosotros. Él sabe de sufrimiento y de incomprensión. Él resucitó y nos ha dado su Espíritu, Espíritu de fortaleza, de alegría y de paz para borrar las huellas de la muerte y del pecado y sembrar las semillas de la solidaridad y el amor. La Virgen María, la dulce doncella de Nazaret y la mujer fuerte al pie de la cruz, invocada entre nosotros como Nuestra Señora del Rosario de Talpa, nos alienta con su ternura materna y su fortaleza a toda prueba.
Hagamos de la jornada electoral una verdadera fiesta democrática y participativa, no dejes de emitir tu voto libre y secreto, de ti depende la elección de nuestros representantes populares (autoridades). A todos les imparto mi bendición.

En la fiesta de Pentecostés, 8 de junio de 2014

Atentamente
Luis Artemio Flores Calzada
VIII Obispo de Tepic