EL ITACATE: EL CIRIO DEL PADRE CHENCHO

Por Agustín Almanza Aguilar

06 / Agosto / 2014

Cuentan que, cuando estuvo al frente de la feligresía tepicense, el controvertido ‘Padre Chencho’ se vió en cierta ocasión obligado por las circunstancias a realizar un exorcismo extraordinario. Nunca se imaginó lo prodigioso que sería, gracias a una inspiradora revelación práctica –que ya quisieran actualmente los integrantes de la recién creada Aposición Intercontinental de Exorcistas, a la cual la Santa Sede/ el Vaticano le concedió personalidad jurídica, en base al Código de Derecho Canónico (Notimex, 2 Julio/2014)-: Ante la renuencia y befa, escarnio y burla del Chamuco, de no querer salir del cuerpecito de unas ‘Posesa’, y después de haber utilizado varias cubetas de agua bendita el Ritual Romano hasta el cansancio, el eclesiástico decidió usar un grueso y seboso cirio e introducirlo en salva sea la parte –allí donde la columna vertebral pierde su sacro nombre-, lo que hizo que el demonio saliera bufando y echando Cacayacas, Tepocatas, Alebrijes y mentadas de madre al cura. Pero, Santo Tremendo; ya el Diablo le pensó enfrentarse de nuevo al Cirio del Padre Chencho. Así es la guasa que circulo –sin albur, conste-por los cafés y cantinas de esta ciudad capital. Y, pues, el chascarrillo es utilizable para que un cirio de esa exorcizante naturaleza sea introducido Allá donde te dije a os actuales Traidores, Vende Patrias, Irredentos, Corruptos, Cínicos y Sinvergüenzas ladrones del Pueblo, lo mismo que a los que gozan de la cobijante Impunidad ‘Oficial’.

Un traidor es alguien que viola una fidelidad debida, como con la Patria o la disciplina militar; alguien que con vil Cinismo, desvergüenza y descaro, engaña con alevosía (en nuestro caso al Pueblo mismo que le confía el mandato y el gobierno). ¿Conoce el lector (a) a algún político así?...

Antonio Machado (‘Juan Mairena’, IV) escribió: Procurad, los que váis para políticos, que vuestra máscara sea, en lo posible, obra vuestra, hacéosla vosotros mismos, para evitar que os la pongan –que os la ‘impongan’- vuestros enemigos o vuestros correligionarios; y no la hagáis tan rígida, tan imporosa e impermeable que os sofoque el rostro, porque, más tarde o más temprano, ‘hay que dar la cara’.

Saludos a los maestros Miguel Ángel Labastida (El Kansiller Kissinger), José Ma. Narváez y a Guerra y su Código. Excelentes periodistas.