La Música, Remedio Infalible

Por Chilo Cervantes

24 / Septiembre / 2014

Cuando te invada la desesperanza o te sientas nostálgico, triste, aburrido, corajudo o vacío de ilusiones, escucha música o intenta cantar algo. La música no es solo, como dicen, el arte de bien combinar los sonidos y el tiempo. Más que eso, es el alimento del alma, la gloria del espíritu, el bullir de los ensueños. Reconfórtate escuchando nuevamente Nunca más, Por ti aprendí a querer, Júrame, Adiós mi chaparrita, Cuando ya no me quieras. La música relaja los sentidos y atrae los recuerdos. Fortalece los tiempos actuales con las imágenes del ayer. La música no nació por decreto. Ninguna autoridad común hubiera podido ordenar su creación o existencia. El bello arte musical nació con la humanidad y sus manifestaciones se fueron dando con el silbar de los vientos, el susurro de las hojas y el secretear de los ríos. La gran mayoría de los compositores musicales salen de las masas.
De los pueblos alegres y sufridos. Bullangueros aquellos, los que sufren entonan baladas y otros estilos para expresar sus quejas. De veras, ponte a escuchar las formidables composiciones de María Griver o de Lorenzo Barcelata. Agustín Lara nunca morirá, su música se escucha en todo el mundo. Participa de ella. A la mejor no te has fijado bien todo lo que la música significa para el bienestar de la humanidad. Si quieres, ríete un poco de los hacendados con El Barzón oyendo el bravío cantar de Luis Pérez Meza. O puedes sentirte un poco agresivo musicalmente escuchando Desquítate conmigo con Chayito Valdez. Los grandes concertistas cobran a veces muy fuerte por permitir que la gente escuche sus voces privilegiadas. Si por falta de dinero no puedes asistir con Pavaroti, pon un disco de José Mojica y saldrás ganando. La música no puede quedarse por negocio en los sitos cerrados porque se encuentra en todas partes. Las manifestaciones más hermosas de la vida se encuentran en las bellas artes: pinturas, esculturas, arquitectura, música. A veces se agregan a estas, la coreografía, la poesía y la elocuencia.

De todas las bellas artes nos quedamos con la música. No hace muchos años, apenas hará unos 60, el maestro Clodoaldo Cárdenas organizó en Tuxpan una banda de música integrada por pura gente campesina. Los Huarachudos, como les llamaban sus amigos, no sabían nada. Lo más que habían soplado era el cuerno ganadero para anunciar a todos el peligro del río desbordado. Aprendieron muy pronto y bien y se hicieron de selecta clientela antes de que su maestro se fuera de Tuxpan en la carpa de Belmont. (Cel. 311-230-92-30)