AIRES MUSICALES

Por Chilo Cervantes

02 / Octubre / 2014

El formidable artista del cine y el teatro de ayer, fue también compositor. Joaquín Pardavé compuso Negra Consentida en 1929 y desde entonces su nombre permaneció siempre en los medios artísticos nacionales. Los que más saben de música, afirman que el bolero, al estilo que comentamos de Pardavé, nació en Cuba y rápidamente se extendió por todas las Antillas.

De allí saltó a Yucatán y luego hacia el centro del país. Hacia 1921 varios compositores mexicanos hicieron música de bolero y entre ellos empezó a destacar el gordito también compositor de Varita de Nardo. De notable sencillez, su letra dice: varita bonita, varita de nardo/ cortada al amanecer/ quisiera tus besos/ tus suaves perfumes/ para perfumar mi ser/ yo te voy, te voy a cortar/ aunque sufras un gran dolor/ por eso te quiero varita de nardo, para perfumar mi amor/ etc., etc.

Alguien del grupo de amigos del cantante invidente Fabián Montero o cualquier otra persona que lea estas breves líneas, haría bien en ayudarnos enviando la letra completa de esta canción bolero que hace detenerse a la gente que va caminando por la calle, por la sencillez de sus palabras y la belleza de su música. De la canción bolero que sí le podemos entregar toda la letra, es del exitazo de Pardavé que en 1930 compuso No hagas llorar a esa mujer, y que dice: No hagas llorar a esa mujer/ tú que sabes amar/, si ella te dio su querer, tú debes pagar/ No hagas que pierda la fe/ quien puso en ti su querer/ piensa en tu madre que fue/ también mujer. La vida pronto pasará/ la vida que hace envejecer/ y entonces tu alma llorará/ lo que ha llorado esa mujer/ no digas nunca que olvidé/ el recordarte un deber/ piensa en tu madre que fue/ también mujer.

De la tierra cubana también nos llegó la rumba, la conga y el mambo. Los ritmos afrocubanos siempre han gustado a la juventud de México y a toda América. Cuando recién inauguraron el cine Modelo, ubicado frente a la iglesia de San Miguel en Tuxpan, cantó y bailó Beto Campa, la cara cubierta de betún: De todos los negros en La Habana, yo soy el negro más guapetón/ y soy el más cumbanchero que se pasea por el malecón/ Mi negra se vuelve loca, con mi cintura montada en flan/ porque dicen que yo tengo, mi parrampampampampam/ Negra mueve la cintura, negra muévete así/ déjame sentir mi negrita santa toda tu sabrosura/ anda que no puedo más. Aquel bailarín de tan ilustre familia, los Campa Gallardo, ¡nomás!, sabemos que hoy radican en la ciudad de Ensenada, en el norte del país. Allá le enviamos nuestros saludos. Esos campa tienen en sus filas a declamadores, poetas, cantantes.

Gente distinguida y de admirable talento. Más regresamos al bolero que llegó para quedarse y que le gusta a las personas de todas las edades, pero especialmente a la juventud. En la década de los 20’s, la meta de todos los artistas, compositores, cantantes, bailarines, estrellas de cine, era la ciudad de México, cuyo público saboreó las delicias de unos y otros, que se abrieron paso en las bellas artes. Fue en ese tiempo cuando llegó procedente de Yucatán aquel genio que compuso Peregrina: Ricardo Palmerín. Luego llegarían pasado un tiempo y sin que nos asista una cronología exacta, María Antonieta Pons, Rosa Carmina, Ramón Pereda, Nipón Sevilla, René Cardona y hasta Juan Orol, aquel hombre delgadito que con un solo golpe derribaba a ocho o diez de sus enemigos, y que también saltó, como el mambo de Pérez Prado, de la isla bella a la no menos bella tierra del nopal. (Cel. 311 230 92 30)