Yadira, la ex Ministerio Público ante un futuro difícil

* El presunto líder de la banda de secuestradores era su pareja sentimental, ahora también detenido.

30 / Enero / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

Cinco meses después, la cárcel muestra los estragos que ha dejado en la humanidad de Yadira Nereyda Barrón Ortega: es como si la estuviera consumiendo, o la ha entristecido, marchitado, o simplemente está resignada a un futuro muy difícil.

En agosto del 2014, durante una diligencia judicial, Yadira exclamaba, toda en lágrimas: ¡díganle a mi mamá que no le fallé!¡díganle a mi mamá!
Pero este miércoles al mediodía, Yadira Nereyda no quería decir más palabras. Por ella, nada.
Un peinado de lado en su cabello largo, sus ojos cayeron ante la presencia de ex compañeros de trabajo, y de una cámara fotográfica de la Fiscalía General. Apenas, muy poco, por unos instantes levantó los párpados cafés para ver y aceptar, por ejemplo, que era suya la firma impresa en los documentos.

No quería hablar más.
Al fin abogada y sabiendo el procedimiento, la ex agente del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado (FGE) solicitó a personal del Juzgado Cuarto Penal que no le leyeran su declaración ministerial rendida días antes.

La aceptaba así.
Yadira Nereyda recién ha cumplido 41 años y es acusada de secuestro agravado, en agravio de un muchacho de 21 años.

La FGE también ha detenido al presunto líder de la banda delictiva: Arnulfo Tinajero López, de 34 años y quien mantenía una relación sentimental con Yadira, que habría iniciado en el año 2013 cuando fue asignada a la agencia del Ministerio Público de Rincón de Guayabitos, donde él tenía un negocio de joyería de plata que fue robado dos años antes.

La denuncia de Tinajero por el robo lo llevó a conocer a Yadira. Y se entendieron.
El miércoles 28, la Fiscalía General presentó al juzgado dos celulares de Yadira que contendrían mensajes enviados a Arnulfo Tinajero, para ponerlo al tanto del operativo que efectuaba la policía tras el secuestro ocurrido el 27 de julio.
por el amor que yo le tenía decidí ayudarle, se lee en su declaración ministerial.
yo no estuve de acuerdo, indicó en otra parte, enterada de que alguien de la banda de delincuentes proponía dar muerte a la víctima, por el incremento de policías en la zona de Compostela y Bahía de Banderas.

La FGE ha anexado más evidencias que muestran la peligrosidad de los sujetos, algunos de ellos aún prófugos: de un machetazo es arrancado un dedo de una de las manos del joven y el video es enviado a su familia, presionándolos así para conseguir dinero. Inicialmente pedían tres millones, ha citado la FGE, pero se consiguió una cantidad menor.
Al igual que Yadira Nereyda, Arnulfo también aceptó su relación con los hechos.

La narración de los hechos en la audiencia pública, la investigación, los testimonios, retratan cómo, unos días después del secuestro, el joven agraviado fue sacado de una casa en La Peñita de Jaltemba y trasladado, sedado, a otros lugares del país: primero Michoacán y después el Estado de México. En una central camionera fue encontrado el muchacho, con una venda en los ojos y con lentes oscuros.

Horas antes, uno de los delincuentes le dijo a un taxista: recién lo habían operado de los ojos y debía llevarlo a esa central camionera. Ahí lo recogería un familiar. Y si.

Muchas horas antes, familiares del muchacho avanzaron en un vehículo de acuerdo a las indicaciones que recibían por celular. En otro estado, en un lugar de carretera, dejaron el dinero. Y siguieron hasta el Estado de México, reencontrándose finalmente con el joven, lastimado.
Mientras fue mantenido oculto en una casa en renta de La Peñita de Jaltemba, el joven comió poco, algún sándwich que le ofrecía una mujer. También recibió un bote para que orinara y una bolsa para lo demás.

Según su testimonio, esa mujer era Yadira Nereyda. Pero ella, ya no quiere contar.