VISOR NAYARITA: ¿DONDE QUEDO LA CONGRUENCIA?

Por: Lic. Francisco Pérez Gómez

10 / Febrero / 2015

Un estimado amigo, En su muy particular estilo analítico de opinión decía al referirse a los avatares de la vida que La moral en la política era el árbol que daba moras, porque según aducía, en nombre de ella, se han adulterado la congruencia, la moral y la lealtad, tal referencia la comento porque los políticos hoy por hoy debieran de asimilar que en tal profesión – si se le pudiera llamar de esta manera—deben prevalecer los intereses comunes por encima de los particulares, es tiempo que en política exista congruencia entre lo que se dice y lo que se hace, se debe ser congruente con los ideales y doctrinas partidarios para tener credibilidad entre la ciudadanía, más aún en los tiempos actuales en la que la imagen de los políticos se encuentra en los niveles más bajos, merced de que no se cumple con el cometido de buscar el bien común sino que se dedica a buscar el beneficio particular y sectario.

Al respecto, en nuestra entidad dos casos han tenido singular impacto, uno se refiere a lo relacionado con el asunto de el SUTSEM, sindicato que a la fecha no cuenta con representante alguno en virtud de que no cuenta con el registro que sustente su validez jurídica que le permita tratar ante las instancias respectivas las demandas de los trabajadores, el asunto se encuentra empantanado y según lo visto serán en los juzgados donde se le dará solución, pues bien, en tal caso su anterior dirigencia, priístas por cierto, al no poder doblegar al gobierno estatal optó por aliarse con el Partido Acción Nacional en el que esperan encontrar el cobijo para mantenerse manejando los hilos y la vida de ese todavía vivo ente sindical; el otro asunto se dio el día de ayer con el nombramiento del exprista Alejandro Galván Araiza como candidato a diputado federal por el Partido Acción Nacional por el segundo distrito, será por demás interesante observar la actitud que tomará el ahora abanderado panista y escuchar cómo será su discurso ya que según las circunstancias deberá de cambiarlo en forma radical lo que sin duda lo llevará a enfrentarse a sus anteriores colegas., en ambos casos existe un denominador común, prevaleció el interés particular sobre la de los agremiados y de los que alguna vez votaron por Galván. Se busca el poder por el poder privilegiando la máxima de Nicolás Maquiavelo que reza que el fin justifica los medios se buscan posiciones para mantenerse en su Monte del Olimpo para desde ahí dejarse adular y adorar por los mortales, todo ello a costa de abjurar de sus creencias políticas que otrora formaban parte de sus convicciones e idearios políticos.

¿Dónde quedó la Congruencia y la lealtad partidaria?, todo ello desapareció en un abrir y cerrar de ojos, hoy se duerme siendo priísta y mañana se levantan siendo panistas, siendo el sueño el cauce de la transformación camaleónica donde no importan los colores ni la conciencia partidaria mucho menos el sentir ciudadano, donde se reniega de la vida con el que les conoció la sociedad, tránsfugas partidarios que con total desfachatez brincan de un partido a otro según sus intereses haciendo a un lado sus ideales partidistas lo que genera desconfianza en la sociedad, la política es una diosa dulce pero que pone a prueba el temple de quienes les rinden pleitesía, por ello, político que no asimila que no son sus tiempos, es un político derrotado y genera el olvido político, porque con esta actitud demuestra que el bien común no es su objetivo, es político que se divorcia de la sociedad y se convierte en un ser resentido alejado de su propia realidad y de las condiciones de sus representados.

Respetando opiniones en contrario porque sin duda habrá quien difiera de nuestra opinión, la pregunta sería apreciable lector ¿Usted confiaría en políticos que se retractan de sus creencias políticas de la noche a la mañana que aún a sabiendas de sus debilidades y pecados pretenden erigirse como salvadores del pueblo? La moneda está en el aire. Al Tiempo

Esperemos y comentaremosfrago2009@hotmail.com