Mañana inicia la Cuaresma, a tomar ceniza

17 / Febrero / 2015

El miércoles 18 de febrero es el Miércoles de Ceniza, la imposición de la ceniza marca el inicio del tiempo cuaresmal.

Todas las parroquias de la Diócesis de Tepic estarán imponiendo la ceniza en los horarios ya establecidos en los respectivos templos.
La ceniza puesta en la frente, o en la cabeza, es un signo que nos recuerda nuestra condición de criaturas, que nos invita a la penitencia y a intensificar el compromiso de conversión para seguir cada vez más al Señor. La ceniza nos recuerda que somos peregrinos en este mundo, y nos anima a ser humildes y abrir nuestro corazón a Dios. El tiempo de cuaresma sirve de preparación hacia la fiesta de la Resurrección de Jesús, que este año será el domingo 5 de abril.

Los medios para la conversión cuaresmal son la oración, el ayuno y la limosna. La cuaresma no es, como a veces se le ha entendido, como el no comer carne, no es el tiempo para cambiar el menú.

Ayuno y abstinencia

Durante el tiempo de cuaresma la Iglesia nos invita al ayuno y a la abstinencia.

Son días de abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, que consiste en hacer una sola comida fuerte al día.

La abstinencia consiste en no comer carne durante el Miércoles de Ceniza y los Viernes de Cuaresma, pero esto no quiere decir que por fuerza se tiene que hacer el gasto de comprar pescados y mariscos.

La abstinencia obliga a partir de los catorce años, el ayuno de los dieciocho hasta los sesenta años de edad, y no obliga a quien esté enfermo.
Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser participe en un acto donde se reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados.

El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio, como compartir una comida o despensa con alguien necesitado, ayudar a alguna familia que esté en problemas, acercarnos a algún hospital y llevar comida o ropa a los familiares de los pacientes, entre otros servicios generosos.

El Papa Francisco, en su mensaje para la Cuaresma 2015, nos recuerda que: La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2) Dios no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos.

A Dios cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos; insiste el Papa.

La Cuaresma no es una celebración independiente, sino que se ordena a la preparación de la celebración de la Pascua. La Cuaresma hay que verla a la luz del misterio pascual. Es tiempo fuerte de evangelización para llevar al Bautismo a los no cristianos y al crecimiento en la de los bautizados.