Migrantes se quedan en Nayarit al no alcanzar el sueño americano

24 / Abril / 2015

Por: Martín García Bañuelos.

Tepic.- A lo largo de la historia de México y de nuestro estado, muchas personas provenientes del sur de la República Mexicana, como de Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, etcétera, etcétera, cruzan la entidad ilegalmente en busca del Sueño Americano, con tan mala suerte que muchos de ellos han muerto en su peligroso intento, arriesgando la vida en pleitos entre ellos mismos, o incluso perdiendo sus extremidades al caer del tren, obligándolos de esta manera a desistir de seguir viajando.

Muchas de estas personas, al ver que no pueden cruzar la frontera hacía los Estados Unidos de Norteamérica, mejor optan en quedarse en las ciudades mexicanas (como ejemplo Nayarit), orillándolos a pedir limosna, o donde la ciudadanía les permita hacerlo, y es que en México, las autoridades de inmigración no realizan la deportación de estos sujetos al menos hasta que incurren en delitos graves o se ven envueltos en asociaciones delictivas.

Son jóvenes de veinte y treinta y tantos años los que mayormente se les ve deambulando en la capital nayarita, entre hombres y mujeres, los cuales en las vías del tren se les ha visto pidiendo dinero para poder sobrevivir, solicitando del apoyo de los usuarios ahora también ya abordan camiones del servicio urbano, pidiendo para la compra de un taco de comida, pues la moneda que ellos traen no es válida aquí en Tepic, según comentan ellos.

Recuerdo, que en un tiempo atrás saltaron a la vía pública, sujetos con instrumentos poco usuales o desconocidos para los nayaritas, como son las batucadas, compuesta por personas jóvenes de ambos sexos, que bailaban ritmos exóticos a la vista de los ciudadanos en las plazas del Centro Histórico, con ropas sucias y ellos por igual, que después de oírlos tocar y verlos bailar, solicitaban una ayuda económica entre los asistentes.
Aquí en la entidad contamos con innumerables indigentes enfermos, pordioseros de distintas edades, además de personas mayores que con una receta médica en mano solicitan el apoyo del resto de la ciudadanía para poder sobrevivir o subsistir en esta vida, aunado a los migrantes que a diario nos topamos en la ciudad, esto es un cuento de nunca acabar.
La manera de los migrantes de haberse internado al país y de tenerlos en nuestra ciudad les ha de haber costado mucho trabajo, pues son muchos kilómetros de sortear el camino recorrido y el peligro en el que se vieron envueltos para poder arribar aquí en busca de un sueño, que lamentablemente muchos de ellos no podrán alcanzar, algunos mejor regresan a sus países de origen con sus familias para no seguir sufriendo y batallando, aunque en su tierra natal les esté yendo peor.