Atisbando en la Bahia: Dirigentes promueven la unidad entre los ejidatarios de Valle de Banderas.

Por: Roberto Cervantes Flores

19 / Mayo / 2015

En los ejidos, por su propia naturaleza, en ocasiones se forman grupos que dividen a los ejidatarios y los enfrentan entre unos y otros, entorpeciendo el desarrollo y progreso de estos núcleos agrarios.

Por ejemplo, el ejido Sayulita viene de solucionar un problema de grupos y consecuente división, tras ocho años de pleitos ante tribunales agrarios, que impidieron el pleno desarrollo del ejido y sus proyectos.

Ahora, luego de que con Genaro Parra a la cabeza pusieran fin a sus diferencias, parecen estar en puerta ambiciosos proyectos para beneficio de todos los ejidatarios, uno de ellos, la gasolinera de San Francisco, es ya una realidad y en próximos días podrían empezar a generarse importantes ganancias para los ejidatarios.

El ejido San José tuvo también sus problemas internos cuando fue su presidente Rafael Cervantes, el ejido San Juan se encuentra también muy dividido, tanto que las elecciones internas se ganan con uno o dos votos.

Los de la sierra están más tranquilos y se ponen de acuerdo sin tanto lío. El ejido Bucerías es uno de los núcleos que menos problemas de división han presentado a lo largo de su historia, El Porvenir parecen todos ir en una misma dirección, mientras que San Vicente la pasada elección donde se llevó a la presidencia a Guadalupe Flores, se ganó con un voto solamente.

El ejido La Jarretadera ha tenido sus diferencias principalmente por dirigentes ratas que en su momento fueron acusados por sus compañeros ejidatarios de robarse varios millones de pesos, pero actualmente parece que las aguas han vuelto a su cauce. Higuera Blanca no figura ni para bien ni para mal. En La Cruz de Huanacaxtle si que se vive una situación de cuidado, pues se han desviado millones y millones de pesos, aquí se han registrado fraudes y el ejido en los últimos años se ha convertido en un polvorín.

El ejido Valle de Banderas durante muchos años permaneció sumamente dividido, con dos grupos que se odiaban a muerte, problemas que se terminaron justamente con la muerte de uno de sus líderes más férreos y persistentes: Guadalupe Flores García homónimo del actual presidente ejidal de San Vicente.

Aunque las líneas de investigación policiaca nunca establecieron que el asesinato del ingeniero Lupe Flores, ex síndico del ayuntamiento de Bahía de Banderas y ex diputado local, haya sido ocasionado por problemas ejidales, lo que por el contrario sí es irrefutable, que a la muerte de Lupillo como también le decían al ingeniero, los problemas al interior de este núcleo ejidal, se terminaron. Con ello no pretendemos decir que el ingeniero Lupe Flores haya sido una mala persona, mucho menos que haya hecho daño al ejido, por el contrario, siempre lo vimos con mucho respeto.

Actualmente el ejido tiene como su presidente al ingeniero Luis Alberto Covarrubias, un ejidatario con sobrada capacidad para sacar adelante la chamba del ejido; como su secretario a Armando García, quien atiende estrictamente una de las funciones más importantes del ejido: la política interna. Pero más allá, Armando García también atiende en forma atinada la política externa. Como su tesorero a Cueva, quien ha podido llevar las finanzas del ejido de manera pulcra y transparente. Todos ellos vigilados muy de cerca por el presidente del consejo de vigilancia.
Son cuatro líderes ejidales de Valle de Banderas que coincidieron en tiempo y momento al conformar la planilla que luego sería convertida en mesa directiva, dando los resultados que sus compañeros estaban esperando.

Precisamente debido a ese trabajo de sus líderes por ejemplo, es que Bahía de Banderas tiene ahora un campus de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), de igual manera, gracias a esa visión, es que la presidencia municipal no se fue de Valle de Banderas y vienen otros proyectos de salud que beneficiarán no solamente a los ejidatarios, no solo al pueblo de Valle, sino a todo el municipio.

Grilla Política:
Falta un coordinador de los ejidos, pues la CNC en Bahía se convirtió en un auténtico elefante blanco