EMPLEO JUVENIL PARA IMPULSAR A MÉXICO

Se es joven cuando se tiene la voluntad de hacer y no de poseer; cuando se sabe vivir al día, para el mañana; cuando se ve siempre hacia adelante manteniendo el anhelo por el futuro creyendo que todo es posible... Jesús Reyes Heroles.

25 / Mayo / 2015

Comentaba en un artículo anterior, que nuestro país enfrentará una oportunidad demográfica inigualable, al contar con una cantidad inédita de personas en edad productiva entre 15 y 29 años de edad que prácticamente duplicará a la población en edad económicamente dependiente durante las primeras décadas de este siglo, esto se traduce en que los jóvenes serán el motor económico y social del país, no sólo en las estadísticas, también en los hechos. La juventud mexicana representará entonces en los años inmediatos la tercera parte de este bono demográfico, he aquí la importancia de que sea factor de desarrollo económico y social que genere, que produzca, que construya progreso, y no se estanque o se convierta en una pesadilla social.

¿Cómo impulsar lo primero y evitar lo segundo? Haciendo efectivos los derechos vitales para que la juventud ejerza plenamente su ciudadanía, tales como el derecho a la educación, salud, a formar una familia, a participar en la vida política y cultural, pero sobre todo al empleo.

El mencionar la palabra empleo, sobre todo en el ámbito juvenil es todo un reto porque es un tema en la agenda de gobierno y de la sociedad que va inevitablemente de la mano con el tema de la educación. Esfuerzos, proyectos, inversión y avances en las metas planteadas para un mayor alcance en la cobertura, infraestructura y calidad en la educación desde la obligatoria para el Estado que es la educación básica de la primaria y la secundaria y que ya comprende la del nivel medio superior y en donde se busca por parte del gobierno ampliar la matrícula hasta en un 40% en este sentido, para que futuros profesionistas capacitados por parte de las Universidades puedan aportar su talento al País. Todo este esfuerzo por titánico que sea y con la mejor voluntad en las agendas y las políticas públicas en los tres niveles de gobierno se estanca al vaciar todo ese capital humano formado por el embudo que representa la búsqueda de empleo.
¿Qué hacer con tanto profesionista, técnico universitario bien capacitado, pero desempleado? Es más que frustrante para un Joven y más para su familia, el dedicar gran parte de la vida en formación que se espera a futuro reditúe en un empleo bien remunerado, que conlleva a la obtención de una estabilidad no sólo material, sino social y como ciudadano; el formar una familia, tener un patrimonio, el tener un medio de transporte digno, y ser productivo en el área que decidió formarse es algo que la mayoría de los jóvenes contemplan en su futuro, sin contar los sueños y aspiraciones personales que deseen desarrollar, y el cual no están preparados ¿Quién lo estaría? para enfrentar que las oportunidades de empleo después de tanto tiempo dedicado al estudio son limitadas y peor aún fuera del ramo que estudiaron o en otra actividad que nunca pensaron llegar a desarrollar.

Las acciones en la agenda pública y de los medios encaminados a la exigibilidad de los derechos de las y los jóvenes, debe incluir elementos de garantías mínimas, de protección e impulso que gradualmente les vayan otorgando las capacidades y herramientas necesarias para mejorar sus condiciones de vida, entre estas el acceso al empleo, y con ello, mejorar las condiciones socioeconómicas del país.
Se han dado muy buenos pasos en transformar esta situación en beneficio de la juventud, una muestra de ello fue la Creación del Programa Nacional de Juventud 2014 – 2018 realizado por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE) donde se establecen después de una exhaustiva consulta y diagnóstico joven a través del PRO-Juventud por todos los rincones del país a la juventud mexicana, un esquema base para el direccionamiento de los esfuerzos y políticas públicas de la Agenda Pública y de Gobierno en el tema de Juventud. Dicho esquema se puede resumir de la siguiente forma, de acuerdo al mismo documento del Programa Nacional de Juventud 2014-2018:
Otras medidas, además de los Programas creados y difundidos por el Gobierno de la República y el IMJUVE van caminando poco a poco en la construcción de los cuatro pilares básicos para una Juventud Digna y Productiva: Prosperidad, Bienestar, Participación e Inclusión; aunque hay un factor que puede ayudar a detonar aún más esta tarea: la Participación Social Joven.
Y podemos apreciar con esto, el inicio para poder tener la capacidad de Innovar en las áreas de Producción de la riqueza, de generar empleo en vez de esperar a recibirlo, de auto emplearse a través de un proyecto productivo e incluso de fundar micro y medianas empresas por parte de los Jóvenes, hoy más que nunca con el apoyo del gobierno de la república y en los estados debe brillar no como una esperanza la juventud, sino como el presente y el futuro de México.

César Augusto Topete Torres