Dos niños malabaristas que sorprenden en la calle

* Mariano y Luis: ¿quién se queda con el dinero que obtienen?, ¿asisten a la escuela?.

16 / Julio / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

El martes siete era Mariano y tenía 10 años. Pero este miércoles dijo llamarse José y contar con nueve años.

Cualquiera que sea su nombre, lo único cierto es que es el niño fuerte que trabaja en muchos cruceros de Tepic, cargando en hombros a su amigo Luis, otro menor de ocho o siete años –según contó la semana pasada y ésta-, al mismo tiempo que malabarean con limones y limas.

Es el mediodía y ambos niños hacen una pausa a la jornada para beberse un tejuino. Luego, con el semáforo en rojo por el bulevar Tepic-Xalisco y avenida De la Cultura, avanzan hasta el centro de los carriles y el mayor de ellos se agacha, mientras el otro se le trepa en hombros. Mariano hace un esfuerzo y se levanta. No pierden el equilibrio. Y se disponen a malabarear con limones y limas, pero pueden ser pelotas, naranjas.

Algunos 15 segundos después, Luis baja y ambos solicitan alguna moneda a los automovilistas.

Se llevan mucho dinero, el problema es que no se sabe en qué lo gastan o quién se los quita. Aquí tienen viniendo varias semanas, indica un comerciante de esa zona.

Ahora prácticamente rapados, la semana pasada traían el cabello más largo.
Aún con hielo del tejuino en la boca pero que también se colocan en la cabeza, se ríen de todo y como si lo tuvieran preparado, dan la impresión de responder con lo primera idea que les cruza en mente. Si la semana afirmaban vivir en la colonia Lomas, ahora indicaron que son de Chiapas. Si Mariano indicó que cursó el primer año de secundaria, está de dudarse.
Como sea, la presencia de estos niños con una tarea difícil mueve a preguntarse cuál es el destino del dinero que obtienen. ¿Quién los manda?, ¿asisten a la escuela?, ¿qué apoyo podrían y deberían ofrecerles las autoridades protectoras de la niñez?.