NUMINOR : EINSTEIN Y LA EDUCACIÓN

Por Agustín Almanza Aguilar

12 / Agosto / 2015

La Flexibilidad mental lo flexible es lo que se dobla sin romperse, pero también existe la acepción de aquellas mentes fáciles de convencer. Es lo maleable, lo difícil, lo elástico; lo blando, lo transigente, lo acomodaticio, lo tolerante y lo conformista. Pero, ¿a qué viene esto? Bueno, pues a lo que subraya Albert Einstein, de que se descuida el quehacer intelectual al fijarse uno demasiando en la problemática del trabajo cotidiano.

Einstein relata que sus profesores lo rechazaban por su independencia, pues el procuraba a su manera, aceptando –empero- que el único medio racional de educar es el dar ejemplo.
La búsqueda del conocimiento de la Verdad es algo que debe renovarse cotidianamente, mediante esfuerzos incesantes. La enseñanza ha sido siempre el medio más importante de trasmitir el tesoro de la tradición de una generación a la siguiente, y la familia –hoy en día debilitada debido al desarrollo moderno de la vida económica- debe ser, siempre, portadora de la educación y de la tradición. La continuidad y la salud de la humanidad dependen, en consecuencia, en grado aún mayor que antes, de las instituciones de enseñanza.

Deberían cultivarse en los individuos jóvenes cualidades y aptitudes valiosas para el bien común. Pero eso no significa que haya que destruir la individualidad y que el individuo se convierta en un instrumento de la comunidad. Una comunidad de individuos cortados con el mismo patrón, sin originalidad ni objetivos propios sería una comunidad pobre, sin posibilidades de evolución. El objetivo ha de ser, por el contrario, formar individuos que actúen y piensen con independencia y que consideren, sin embargo, su interés vital más importante: el servir a la comunidad. Las grandes personalidades no se forman con lo que se oye y se dice, sino con el trabajo y la actividad. El mejor método de educación ha sido siempre aquel en que se urge al discípulo a la realización de tareas concretas. La motivación el deseo de verdad y comprensión, que no se vea debilitado en aras de un deseo ambicioso de honores y autoridad. Esa actitud noble y sincera de los verdaderos profesores, y no aquella fuerza atemorizante y castradora
El éxito como objetivo de la vida es de prevenir; ‘éxito’ en el sentido habitual, pues el ser humano que triunfa es el que recibe mucho de sus semejantes, normalmente muchísimo más de lo que corresponde al servicio que les presta. El valor de un hombre debería juzgarse en función de lo que da y no de lo que es capaz de recibir.

Existe un deseo gozoso, un cimiento psicológico generador por sí solo de ello, de lograr la posesión más valiosa que pueda alcanzar un ser humano: conocimiento y destreza artística. El arte –según se ha dicho- nace, lo mismo que la verdadera ciencia, de la emoción fundamental ante la experiencia del misterio; es la más hermosa vivencia que se nos pude dar: la admiración ante lo enigmático desconocido. Se trata de despertar esos poderes psicológicos y no objetivar la ambición individual. Y aquí entra el método del juego, en los infantes, guiándolos así hacia importantes cambios para la sociedad; que los pequeños prefieran la escuela a las vacaciones. Pero también al profesor débele darse amplia libertad para seleccionar el material de enseñanza y los métodos pedagógicos que quiera emplear. No olvidar que el objetivo de la escuela es que se salga con una personalidad armónica y no como especialista; el desarrollar la capacidad general para el pensamiento y el juicio independientes.

Fuente: ‘Albert Einstein: Mis ideas y opiniones’, dentro de la colección ‘Grandes Pensadores’, Editorial ‘Sarpe’, España, 1983.

Bitácora de Vuelo. En efecto, este artículo vá dedicado al ‘irredento’ –dicho sea con todo mi respeto- Don miguel Ángel Labastida ‘El Canciller Kissinger’, autor de la columna ‘Torre Eiffel’, que este día 12 de agosto cumple 45 años como comunicador social, y que desde hace 8 años acuna su torre, y desde hace un año, con 7 meses –escribió- hago un semanario llamado ‘El Clarín’. ¡Felicidades, pues’n! Debo agregar que allá en el año 2013, un martes 12 de noviembre, en nuestro prestigiado medio, ‘Gente&Poder’, en su ‘Río Danubio’, nos mandó saludos, colocándonos entre un grupo de prestigiados periodistas –honor que no merecemos, dicho sea-, entre ellos nuestro director Antonio Lora, quien, por lo cierto también estará de plácemes el 21 de este mes, ante el noveno aniversario de su órgano informativo. ¡Enhorabuena!