PALESTRA

Por Gilberto Cervantes Rivera, poeta de Cucharas

27 / Agosto / 2015

Los diputados al Congreso local recibieron ayer las ternas, que es igual a propuestas, de las cuales saldrán los tres magistrados que durarán diez años desarrollando actividades que tienen que ver con la impartición de justicia, en una judicatura que le tocó instaurar los llamados juicios orales, para lo cual le correspondió armar su estructura, al actual comendador Miguel Ahumada Valenzuela, hombre de las absolutas confianzas del gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda, mismo que en esta nueva ocasión trae como as en la manga, a la joven Zaira Rivera Veliz, quien puede presumir de ser muy cercana al actual jefe de las instituciones locales; Alfredo Becerra Anzaldo, colaborador del Fiscal General del Estado, Edgar Veitia, es el otro agraciado que junto con el Dr. Javier Rivera, causarán baja en sus responsabilidades de ahora, en cuanto la tómbola política los de a conocer como los sustitutos de Manuel Salinas Solís, Jorge Armando Gómez Arias y Oscar Saúl Cortés Jáuregui.

En esta ocasión no le correspondió ocupar una curul como magistrado, al licenciado y notario público Juan Antonio Echeagaray Becerra, a pesar de que a la sociedad en su conjunto le hubiera gustado; no obstante, nuestro gran amigo puede sentirse orgulloso de que entre los nuevos magistrados, hay unos que fueron sus alumnos y otros formaron parte de su prestigiado despacho. Y otra cosa, lo que es Juan Echeagaray Becerra, lo ha conseguido gracias al profesionalismo y la rectitud con que asume la defensa de sus clientes, como fue el caso del edificio del PRI estatal, donde siendo militante del mismo, por amor a su pueblo, derrotó en los Tribunales a los asesores jurídicos del por entonces gobernador del Cambio, Toño Echeverría, quienes para agradar a Martha Elena García, querían quedarse con la sede del tricolor para convertirla en guardería. Después de tan sonado triunfo, los priistas recuperaron la auto estima, por ello en la elección siguiente ganaron mayoría aplastante en el Congreso.

Por eso y por mucho más anda corriendo la voz, de que un connotado miembro del PRI le anda organizando un homenaje; está algo confuso el asunto, pues unos dicen que Manuel Cota y otros que Raúl Mejía; tu déjate querer Juanito, pues como quiera que sea, tus verdaderos amigos sabremos valorarte siempre El problema es para los funcionarios que ofrecen un mundo mejor que el nuestro, y a final de cuentas salen peor que los anteriores. Yo andaba muy tranquilo y pensando que Pavel Plata Jarero, actual secretario de Salud estatal, pondría cuando menos orden ahí donde se necesita, en el Hospital General sobre todo, donde ocurren con el propósito de calmar sus dolencias, la gente que no tiene para pagar una consulta privada. Hace algunos años, Armando Altamirano Zendejas, El Conchillas, tuvo necesidad de atención para un familiar en el también denominado Hospital Civil; quedó impresionado el periodista por el pésimo servicio que ahí se presta, señalando que dicho nosocomio parecía un muladar. Lo dije alguna vez, no basta con presentar por fuera una imagen que no corresponde a lo que existe dentro.

No hay camas suficientes, las sábanas se están desbaratando, no hay medicamentos, los enfermos del área de urgencias gozan cuando usan una silla mientras les toca un lugar para acostarse; verdaderamente las cosas andan mal, pero Pavel Plata anda en todo menos en misa y ya se comenta que no le alcanza el tiempo por andar de birriondo con queridas que luego basifica. Los puntos negros finalmente repercuten sobre la imagen del gobernador en turno, el cual jamás observará la realidad tal y como es, ya que sus subalternos lo llevan de la mano a lugares previamente maquillados.

Bueno sería que el gobernador se disfrazara un día de paciente, para agarrar en curva a quienes lo están engañando y robándose los recursos del sector salud PALESTRAZO: así como entre los taxistas hay gente deshonesta, de vez en cuando se dan los garbanzos de a libra, es el caso que le pasó a la colaboradora del senador Manuel Cota, Michelle Verdín Ochoa, la cual ya daba por perdida su cartera con dinero y documentos personales, pero tras recibir una llamada del señor Arnulfo Ávila, el chofer que le había prestado el servicio, las cosas volvieron a la normalidad; ese día hubo fiesta en el cielo.