Condenan esposos a 37 años; mataron a empleada para cobrar seguros de vida

* A nombre de Nuria Juliana existían dos seguros por 800 y 500 mil pesos, pero la suma podía duplicarse si la muerte era violenta.

05 / Octubre / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

María Guadalupe Rodríguez Herrera y su pareja Faustino Villa Beltrán fueron condenados a 37 años y dos meses de prisión, al ser encontrados culpables del asesinato de quien era su empleada doméstica, la joven Nuria Juliana Armenta Hernández, con la finalidad de cobrar al menos dos seguros de vida que estaban a su nombre.

También se les exige el pago de 95 mil 511 pesos por concepto de reparación del daño y gastos funerarios, a favor de familiares de la ahora occisa, según el fallo dictado en el expediente 77/2003 del Juzgado Penal de Acaponeta.
El presente caso mostraría omisiones de abogados defensores, jueces y agentes ministeriales que durante mucho tiempo abandonaron el juicio, puesto que la sentencia fue dictada 12 años después de los hechos y apenas en primera instancia, por lo que será interpuesto un recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), y luego un amparo.

A mediados de agosto del 2003, el cuerpo de Nuria Juliana fue abandonado en un camino entre Acaponeta y Huajicori, aunque unas semanas después se determinó que su muerte ocurrió en el domicilio de la citada pareja y que había sido trasladado en una camioneta.
La investigación de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ) concluyó que el móvil del crimen era cobrar dos seguros de vida a nombre de Nuria Juliana, por 800 y 500 mil pesos, respectivamente, cuyas sumas se duplicarían en caso de muerte violenta y en los que la beneficiaria era María Guadalupe Rodríguez.
El fallo del juez Carlos Alberto Elías Martínez precisa que la condena de 37.2 años empieza el 27 de septiembre del 2003, fecha en que la pareja fue detenida.

En junio del 2013, este reportero plasmó una reflexión de María Guadalupe, que actualmente oscila en 49 años y está recluida en la penal de Tepic. Así dijo:
Aquí dejé de creer en Dios y aquí me reencontré con él. Ahora estoy estudiando La Biblia. Sí hay un Dios y me ha escuchado. ¡Sí lo hay!, le pedí volver a ver a mis hijos y hace como un mes vino a visitarme mi hija que ahora tiene 27 años. ¡No la reconocía!, imagínese. Ahora quiero ver a mi hijo, que tenía 14 años cuando me detuvieron y ahora 24. Estoy segura que mi hija hablará con él y vendrán a verme
Y añadió:
Dicen que cuando alguien muere, si fue bueno se va al cielo; pero si fue malo, se va al infierno. No, para mí el infierno es la cárcel, es la soledad, el que lleguen los días de visita y nadie pregunte por ti, que nadie venga a verte

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