NUMINOR: William Blake, un artista en contacto con los espíritus

Por Agustín Almanza Aguilar

20 / Octubre / 2015

William Blake (1757-1827); 70 años de material existencial: dibujante, pintor grabador, escritor inglés, un humano neciamente crítico ante la razón y la religión. Un ávido lector en su infancia, de talento precoz para el arte, y que nunca fue a escuela alguna, recibiendo solo lecciones de su madre, Catherine, por lo que fue un gran autodidacta.

Siempre enarboló la anhelada concretización del ideal de ‘Libertad’ y con ella la total liberación del corazón, con la llegada de un nuevo orden basado en la virtud, la paz y la felicidad. Empero tal ‘Libertad’ debería caracterizarse por el individualismo absoluto y la anarquía moral, lo que nos hace recordar al filósofo Nietzsche.

Dos obras realizó, terminándolas en los últimos años de su vida (vivió 70 años), dos textos literarios fundamentales, de carácter espiritual: ‘Milton’ y ‘Jerusalén’. En 1821, asimismo, comenzó a trabajar en dos de sus últimos grandes proyectos: 22 grabados para ilustrar el ‘Libro de Job’, publicado en 1826, y unas ilustraciones para la ‘Divina Comedia’ de Dante. Estos trabajos, sin embargo, quedaron incompletos al sorprender le la muerte tras sufrir de ictericia.

Ahora, hablemos sobre las repetidas y habituales visiones y experiencias paranormales de Blake: a los 18 años afirmó haber visto al profeta Ezequiel en uno de los árboles del jardín familiar. A los 10 años, al morir su hermano Robert, dijo que había visto con sus propios ojos cómo el alma salía del cuerpo y subía hacia el cielo, exultante de alegría. Por supuesto que nadie le creyó. Ya en su adolescencia tuvo abundancia de supuestos contactos, con ángeles y arcángeles, sobre do durante los meses que estuvo recluido en la abadía de Westminster, con el fin de copiar y dibujar las formas góticas del lugar. Otra controvertida visión fue la de Cristo y sus discípulos, que le darían ‘ciertos’ mensajes que le harían ser más consciente del trabajo futuro que debía realizar. A esto hay que agregar más experiencias sobrenaturales, durante su estancia en Felpham (1800-1803).

Él aceptaba tales visones con total naturalidad y se cree que haya sido un médium, ¿por lo que su galopante esquizofrenia? Lo llegaron apodar ‘Mad Blake’ (El Loco Blake), ya que nunca ocultó su facultad de conversar con los espíritus, especialmente con los de Voltarie y Milton, como sea y en cualquier caso, todas esas experiencias generaron una obra, tanto poética como pictórica, de carácter místico.

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