El Personaje de la Semana: Diana Lizbeth Magallanes Ramírez

Por Ángel Carbajal Aguilar

02 / Diciembre / 2015

Actualmente trabaja en el Congreso del Estado de Nayarit, pero dentro de su trayectoria laboral se inició como bailarina profesional en la coreografía del cantante regiomontano, con residencia en Guadalajara; Ammel, ‘El Ángel de la Canción’, con quien recorrió toda la República Mexicana en compañía de su hermana Ámbar Selene Magallanes Ramírez, entre los inolvidables años1994-1998.

Con cierta nostalgia y alegría, al mismo tiempo con un suspiro y el rostro iluminado, recuerda que le tocó vivir una gran experiencia difícil, porque el tiempo se pasa volando, que consume todo a su paso, sin descanso y siempre, ya en carretera o avión, subiendo o bajando para presentar en forma interminable, espectáculo tras espectáculo.

Al grado de que los lujos, hoteles de cinco estrellas o gran turismo, le eran cotidianos y a veces no le daban el descanso.

Siempre añorando la alegría de la casa paterna o el calor de hogar.

Todo se ve fácil, pero la fantasía que se da al espectador, ellos, el público, ni idea tienen del arduo trabajo y que el espectáculo se debe de hacer sin objeción y de acuerdo al guión, con lo que el experto en imagen que creé que es lo mejor.

Es un mundo adictivo, de mucha adrenalina, en donde se fabrica una fantasía, muy lejos de la realidad, pero que es lo que la gente quiere ver, pero esa misma gente engrandece el ego, con los aplausos, chiflidos, fotografías, autógrafos, guardaespaldas y medidas de seguridad.

Ella afirma que el control para permanecer con los pies pegados al piso, fue la educación, los valores familiares, porque, dice, que los seres humanos somos valiosos por naturaleza.

Aunque, en un mundo de oropel, vivirlo fue maravilloso, porque los viajes, el conocer personas, las entrevistas y que a cada paso te dan puntos a favor de la vanidad.

Quedan gratos recuerdos, y como recordar es volver a vivir, vale la pena recordar.

Pero lo bueno y lo bonito, siempre tiene un principio lleno de retos y un final que nadie quiere, pero al casarse su hermana Ámbar Selene y la enfermedad del cantante, el bonito sueño llegó a su fin, luego le perdió la pista al artista y hubo que buscar nuevos proyectos.

Ahora, entre las actividades que le gustan, son reportear para la página de Internet Comunicarte y para otro programa de comentarios y crítica de espectáculos que se llama Chismorreo.

Dice ser una mujer valiente que ha vivido grandes experiencias, es de gran fortaleza propia y la que le dan su familia y sus hijos.

Entre sus sueños esta lograr solidaridad, que entre la gente haya reciprocidad, porque la amistad, para ella es lo máximo de la vida y por lo tanto es alegre, sensible y le encanta admirar y que la admiren, es generosa.

Busca estabilidad en todos los hábitos y aspectos de la vida, en lo económico, y en lo emocional tener una pareja con la que pueda crecer en fines comunes.

Poder apoyar y estar presente en los sueños y decisiones de sus hijos, con una casa y una familia unidad, porque la unión hace la fuerza. Su comida favorita, además de los antojitos mexicanos, son los camarones al mojo de ajo; su color preferido, el morado; su piedra, el diamante; signo, Libra; fruta, durazno; su poeta, Amado Nervo; música clásica, bailes y danza.

Lo antes leído se entiende porque Diana Lizbeth nació en Tepic, un memorable 18 de Octubre de 1974; término la primaria en la escuela Benito Juárez, que está casi frente al Templo de San Isidro; la Secundaria, en la Federal 10; la preparatoria, en la Uno de la UAN. Luego terminó como Técnico en Contaduría, en el Centro de Capacitación de Desarrollo Individual (CECADI), y la Licenciatura en Teológicas y Filosóficas en el prestigiado Instituto Fray Junípero Serra.