CON PRECAUCIÓ: A destrabarse de la diaria rutina

23 / Febrero / 2016

Ya se acerca la Semana Primaveral, conocida también por la mayor parte de la población como la Semana Santa o Semana Mayor. Los días ya se sienten playeros a más no poder, pues el calor ya empieza a hacer de las suyas incitando con su temperatura que al parecer va en aumento a desear ya estar a la orilla del mar dándose tremendos chapuzones y sorteando las olas.

Y si la economía de la mayoría de la población no está muy bien que digamos, aun así se espera gran afluencia de vacacionistas no nada más en los destinos de playa desde luego, sino en otras partes del país, pues cada entidad tiene lo suyo que ofrecer a los visitantes; sin embargo, es más común que la mayoría de la gente ansíe poder ir al mar para en cierta forma destrabarse de la diaria rutina. Y para salir de esta rutina mucha gente aprovecha sus propios vehículos automotrices para desplazarse hacia el lugar elegido para vacacionar, pero otra parte de la población lo hace haciendo uso del transporte público de pasaje que hoy en día ya nada más es por carretera o por aire, según las posibilidades financieras de cada quien.

Una buena cantidad de personas añora aquellos años en que esperaban el tren de pasajeros para viajar rumbo sur o norte, pero principalmente hacia el norte, al bello puerto de Mazatlán, Sinaloa, al menos entre las familias ferrocarrileras ese era el destino común; sin embargo, los trenes que transportaban pasajeros ya son historia, pues precisamente este mes de febrero se cumplieron ya 18 años en que dichos trenes desaparecieron del servicio público de transporte, por lo que es triste oír a gran parte de las nuevas generaciones que jamás se han paseado en tren, excepto el de La Loma; y las personas que llegaron a disfrutar el viajar en tren de pasajeros con gran esperanza añoran que algún día vuelva ese servicio tan cómodo para viajar.

Y vaya que era cómo para viajar, sobre todo en largos trayectos, porque podían los pasajeros levantarse a estirar las piernas y si tenían suerte, arrimarse a los vestíbulos y así saborear más aún el paisaje por donde se iba pasando. También se podía caminar por todo el tren para desentumirse de ir sentados. Igualmente se podía ir saboreando algún refresco, cerveza o café, alquilar una o más almohadas para hacer más cómodos los asientos y poder dormir más placenteramente, claro que esto para los pasajeros de primera y segunda clase, porque quienes viajaban en los coches dormitorios, llegando la noche los porteros del pulman les tendían sus camas que se hacían de los propios asientos y descolgando otras de las llamadas camas altas. Dichos coches dormitorios ofrecían en servicio de camarín, que era para una o dos personas, alcoba para cuatro y el gabinete que era para hasta seis personas; estos dos últimos servicios ya contaban con su propio cuarto de baño, no así el camarín, cuyos pasajeros tenían que hacer uso del baño general en el mismo coche. También había coche comedor en donde se ofrecían desayunos, comidas y cenas. Por ejemplo, el tren número uno 1, salía de Guadalajara, Jalisco a las 08:30 horas, y en cuanto arrancaba el tren ya estaba el desayuno listo, cuyo servicio era para todos los pasajeros del tren y no nada más para los de los dormitorios. Dicho tren llegaba a Tepic alrededor de las 13:50 horas, por lo que ya era la hora de empezar a servir la comida, y al salir de Mazatlán, Sinaloa, aproximadamente a las 19:00 horas, se servía la cena, continuando con servicio de cantina hasta las 23:30 horas.

Y el tren número tres 3 salía de Guadalajara a las 11:00 de la mañana, pero ahí no había coche comedor, pues se le quitó el servicio de comedor y dormitorios a fines de los años 70 del siglo pasado, pero no era necesario el coche comedor, ya que dicho tren se detenía en todas las estaciones y rancherías colindantes con la vía férrea, por lo que ya a menos de 40 minutos de iniciado el viaje abordaban el tren infinidad de personas a vender tacos, frutas, dulces y desde luego, tequila o algo parecido a esta bebida pero que de todos modos pegaba y con ganas. Este tren, más conocido como el burrito, llegaba a Tepic a las 18:00, en donde la gente aprovechaba la vendimia que había en el andén, como enchiladas o tacos dorados con pollo.

Así que como a bordo de los trenes de pasajeros vendían cerveza los agentes de publicaciones, y en los de segunda subía gente a vender dizque tequila, era común que varias personas ya llegaran a Mazatlán con media navaja adentro o ya plenamente en sus ocho sentidos muy alertas.