EL SWING

Rafa Ríos

26 / Febrero / 2016

Tepic, Nayarit.-

A muchos les parecerá trivial, pero pegarle a la pelotita no es fácil y requiere algo más que puntería. Debe existir una química entre el jugador y el arma con la que se golpeará la bola; dicha arma actúa como una extensión del brazo del jugador.

El Rey de los Deportes ha cedido su lugar al fútbol americano; sin embargo, nada se compara con una tarde en un parque de beisbol. Grandes jonroneros como el panzón de Babe Ruth, Hank Aaron o Wark Mc Gwire han sido o son auténticos catedráticos del palo de vuelta entera.

Sammy Sosa –temporada 2000- conectó la cantidad de 50 cuadrangulares con bat fabricado en madera de fresno. En la película ‘El Inmortal’ el bate que usa Robert Redford (Roy Hobbs) está hecho de la madera de un árbol partido por un rayo. En el beisbol amateur suele ser de aluminio o grafito, pesa entre 907 y 964 gramos, y mide entre 84 y 92 centímetros de largo.

La pelota, en el centro tiene una bola de corcho de 3.49 centímetros de diámetro, la cual está envuelta en dos delgadas capas de caucho, seguida de tres capas de tejido de lana y una capa de tejido de algodón. Todo dentro de dos cáscaras idénticas de cuero unidas por 108 costuras de fibra encerada. Pesa entre 141 y 149 gramos.

Botes y rebotes: en los laboratorios de varios países se ve a científicos de blancas batas que arrojan pelotas de beisbol hacia túneles de viento. Discuten cuestiones tales como la de si en verdad descubren curvas las pelotas de beisbol. Trabajan por cuenta de universidades y fábricas de artículos deportivos, y están transformando los deportes en algo que supera a los antiguos combates de músculo, estrategia y tenacidad. También se aplican la ingeniería y la física. Se afirma que batear la pelota de beisbol es la más difícil de las proezas deportivas. Una buena bola rápida viaja a una velocidad de 145 a 160 kilómetros por hora; esto significa que transcurren sólo cuatro décimas de segundo desde que sale de la mano del lanzador hasta que llega a Home.

Lyn Ebert (1984) asesor de fábricas de artículos deportivos, explica que el bateador tarda una décima de segundo en ver la pelota, y otra décima en poner los músculos en movimiento, esto le deja tan sólo dos décimas de segundo para decidir si intentará golpear la bola. Por añadidura, un error de sincronía de una escasa centésima de segundo podría convertir un Hit hacia el centro del campo, en un faul. Y si el bat hace contacto con la pelota apenas un milímetro por debajo del lugar indicado, lo que habría sido un jonrón quedará convertido en una palomita fácil de atrapar.

Ni siquiera una buena vista y una coordinación casi perfecta bastan para batear una engañosa curva ¿Realmente describe una curva la pelota? Sí, y de ello puedes dar fe legiones de bateadores frustrados. En 1959 respecto a las curvas que describen las pelotas, se arrojó pelotas de beis que giraban con rapidez a lo largo de túneles de viento, y se midió su desviación. Se descubrió que una pelota lanzada por un pitcher de ligas mayores con una rotación de 1,600 r.p.m., puede tener una desviación hasta de 37 centímetros en su trayectoria hacia el receptor. Las curvas de la pelota son, en gran medida, causantes de las curvas. Esto ayuda a explicar por qué algunos lanzadores acostumbran rasgar suprepticiamente la pelota; la rasgadura actúa como otra costura, que magnifica el efecto de rotación y hace que la bola se desvíe todavía más.