CON PRECAUCIÓN: Un profesor de toda la vida

Por Sergio Mejía Cano

06 / Abril / 2016

Me encontré con un viejo conocido que gran parte de su vida la ha dedicado al magisterio, a quien de inmediato le pregunté sobre la dichosa evaluación a su gremio de acuerdo a la Reforma Educativa; obvio, me respondió desde luego que ésta no tiene nada de educativa, tal y como ya lo han señalado infinidad de analistas serios. Y añadió que no se presentó a la misma por estar con un permiso pre jubilatorio al que tiene derecho según sus estatutos gremiales; sin embargo, dijo temer que se la quieran hacer cansada por lo mismo, pero que ya fue a su sindicato a demostrar que estando con permiso, es estar desligado por completo –temporalmente- a toda disposición que se dicte y que se tenga que acatar siempre y cuando estén activos.

Le comento que en las redes sociales circuló hace días una fotografía en donde se muestra una pancarta sostenida por supuestos profesores en donde se ve un letrero que más o menos decía: El gobierno me hizo profesor, el gobierno me otorgó mi título porque aprobé un examen profesional, el gobierno me dictó el cuadro básico de enseñanza al que me atuve para impartir mis clases, el gobierno me dictó los parámetros a seguir dándome los utensilios; y sin embargo, ahora es el mismo gobierno quien me quiere volver a evaluar, siendo que ya lo he sido. Y es el mismo gobierno quien me está quitando mi trabajo al que tengo derecho constitucionalmente por no presentarme a esa evaluación. Entonces, ¿qué es lo que quiere el gobierno de mí?.

Mi conocido, profesor de primaria de toda la vida, me dijo que sí hay un cuadro básico de educación en el que se apoyan para impartir clases, y que dicho cuadro últimamente lo cambiaban constantemente, y no como se hacía antaño en que se cambiaba cuando mucho cada año, pero si el que estaba implantado estaba dando resultados óptimos, se le daba más tiempo de vigencia; sin embargo, de pronto a veces hasta cada seis meses se le agregaba una circular en donde se cambiaba tal o cual dictamen, se le agregaban otras instrucciones y se derogaban otras, dejando una mezcolanza casi incomprensible con infinidad de parches en donde unas instrucciones chocan con otras por lo que a veces tienen que improvisar so pena de que se les llame la atención por no apegarse a dicho cuadro básico; y si alegan aduciendo ambigüedad, casi, casi en el acto las autoridades educativas les dan a entender que no son aptos; y que tal vez de ahí haya venido eso de la evaluación: por confusión latente en el cuadro básico de enseñanza que hoy en día está igual que nuestra Carta Magna: llena de parches y reformas que no dan pie con bola. Y continuó diciendo que si a esto se le añade el que por ejemplo, en el último ciclo escolar que dio clases no le llegó todo el paquete de libros de texto gratuitos, lo mismo que a los alumnos que no se les entregaron en su totalidad, sino nada más dos o tres libros cuando mucho; así que cómo le hacía si no tenía prácticamente el cuadro completo para unificar la clase, ya que los libros que a él le habían dado no eran los mismos que a los alumnos y viceversa. Entonces fue que aprovechando que tenía derecho a solicitar un buen permiso pre-jubilatorio, fue que se decidió para decir adiós a lo que siempre le gustó tanto: la enseñanza, impartir clases y no dejar de sorprenderse con la viveza de las nuevas generaciones con las que tenía que lidiar día con día, pero no con pesadez, sino con sorpresa y admiración al notar el desarrollo intelectual de algunos alumnos, así como el estancamiento mental de otros tantos.

Le platico a mi conocido, que allá a principio de los años 70 varios amigos y conocidos coincidimos en decir que ya le enseñanza había empezado a deteriorarse, debido a que surgió la polémica sobre el cambio en la enseñanza de la escritura en donde la caligrafía se había dejado de lado porque a los niños se les había empezado a enseñar a escribir con pura letra de molde, dejando de enseñarles saber escribir con letra cursiva o enlazada a la que se le denominaba comúnmente manuscrita, siendo que de todos modos la de molde también se escribe con la mano. El profesor próximo a jubilarse, comentó que en ese tiempo estaba él recién desempacado como profesor y que en su tiempo se dijo que el poner a los alumnos a hacer rayitas, gatitos, rueditas, lluvias, etcétera, todo con el fin de que soltaran la mano para facilitar la escritura, era perder un tiempo que se podría aprovechar en otras materias y que además, dicha letra cursiva era más difícil de leer que la de molde.