Numinor> EL ALCOHOLISMO, ENFERMEDAD PREOCUPANTE

Ángel Agustín Almanza Aguilar

21 / Abril / 2016

¿Qué es lo ‘Holístico’? ¿Lo ‘Integral’?... ¿El ‘Síndrome’?... Bueno, entraremos al mundo de la Psicosis, de la locura, de los trastornos de ánimo, de la depresión, la ansiedad, la angustia existencial; de la humanidad doliente de las adicciones. Veamos estas últimas.

El abuso de sustancias psicoactivas es factor de trastorno de la personalidad, y un problema de salud pública. Escuchemos lo que nos dice un ‘Dossier’ que publicó la Universidad de Guadalajara (‘Mitos y Realidades de la Psiquiatría’, nov. 30, 2003/2014): La Motivación para su consumo se relaciona, en parte, con los efectos agudos y crónicos de estos productos sobre el estado de ánimo, la función cognoscitiva y la conducta En algunos, las alteraciones subjetivas (por ejemplo, la euforia y el alivio de la tensión) que acompañan a la intoxicación, son experimentadas como fenómenos muy placenteros y ello conduce a un uso constante.

La dependencia es, pues, psicológica, en los consumidores habituales, los cuales llegan a creer que no pueden actuar de manera óptima en un contexto social, laboral o de otro tipo sin experimentar un cierto grado de intoxicación por la sustancia. Así, se presentan estos riesgos: Dependencia, Abuso, Intoxicación.

La dependencia implica deterioro o malestar significativo expresado por una tolerancia, por abstinencia, es decir, por la necesidad de incrementar la cantidad consumida para obtener el efecto deseado, puesto que ya con el tiempo resulta insuficiente; por los síntomas provocados por la interrupción o reducción del consumo prolongado, que son específicos según el tipo de sustancia

Riesgos, consecuentemente, del incremento de las cantidades y del tiempo destinado a ello; gran esfuerzo por controlarse o detenerse; reducción de actividades sociales y laborables; y la adicción a pesar de saber los problemas psicológicos o físicos que ocasiona.

Otros trastornos relacionados con sustancias son el delirium (la alteración del estado de alerta, memoria, orientación o el lenguaje durante un breve periodo); demencia persistente (alteración de la memoria); trastorno psicótico, en el estado de ánimo (depresivo) y de ansiedad; disfunción sexual del sueño.

Veamos el caso del alcoholismo, el cual, probablemente, se dá, como primer periodo, a mediados de la segunda década de la vida, y la edad de la dependencia alcanza un máximo entre los 20 y 80 años. Entre las motivaciones que se dan se pueden mencionar la especie de iniciación a grupos, para no sentirse aislado o rechazado el individuo, las tradiciones del ‘machismo’, el ‘esto es para hombres’, etc. Pero también está la miseria y la pobreza, como medios de evasión a la dura realidad. Un perfil clave es la inmadurez del alcohólico, un ansioso que huye del conflicto y de la inseguridad. Entonces el alcohol parece como una especie de remedio, ya para la timidez o la inferioridad.

La intoxicación manifiesta agresividad a los demás, cambios de comportamiento, alteraciones bruscas e el estado de ánimo, lenguaje incomprensible, movimientos torpes, perturbación de la memoria –no recuerdan lo que hacen-, etc.

La abstinencia presenta aumento en la frecuencia cardiaca, temblor de manos, insomnio, náuseas o vómitos, alucinaciones transitorias, ansiedad y crisis convulsivas.

GARAJE: En los próximos números hablaremos más sobre el tema como, por ejemplo, los testimonios de artistas mexicanos que fueron víctimas del alcoholismo.