Impresionante crimen en el Barrio del Chacuaco

26 / Abril / 2016

Por José María Castañeda

Santiago Ixcuintla.- La gente que asistió al rompimiento de nuestra feria de primavera todavía andaba por la calle con el bote de cerveza en la mano, sin imaginar siquiera que a esa hora (7: 45 a. m.), en la falda del Cerro Grande y su milenario dragón encantado se acababa de suscitar un crimen, donde sin atreverme a afirmar nada aún podría tratarse de un crimen pasional, esto así lo manifestó el personal de la Fiscalía, donde la víctima mortal fue Arturo Hidalgo Hernández, quien en el mundo deportivo practicó el futbol amateur y el beisbol sobresaliendo en ambas ramas.

Versiones de los vecinos del barrio del Chacuaco, llamado también con mayor tecnicismo 2da de Bravo, señalan que el Catura Hidalgo -como así era popularmente conocido-, arribó a su domicilio entrando por la puerta de atrás, como ya era costumbre en él, cuando aseguran fue jalado del cuello por alguien que previamente se encontraba dentro de la vivienda y sin darle la oportunidad de defenderse le abrieron el cuello con al parecer un cuchillo de cocina, por lo que el infeliz prácticamente se ahogó en su propia sangre.

De este asesinato, la principal sospechosa -según personas anónimas dependientes de la Fiscalía- señalaron que pudiera ser la fémina con la que vivía en unión libre; por lo que la mujer fue detenida y se encuentra sujeta a investigación como presunta responsable del asesinato de Arturo Hidalgo Hernández. Luego que los mismos vecinos manifestaron que las discusiones subidas de tono entre la pareja eran una constante escuchándose las amenazas que ambos se proferían hasta la calle y domicilios contiguos, por lo que los agentes investigadores señalaron que será en cuestión de horas cuando se detenga al responsable directo de este horripilante crimen que alarmó al vecindario de la calle 2da de Bravo, conocida también popularmente como el barrio del Chacuaco.

Descanse en paz el Catura Hidalgo, quien en apariencia era una persona tranquila pero que en el fondo alguien tuvo el odio necesario como para acabar con su vida, cosas de la vida y ni hablar.