CON PRECAUCIÓN: MUna magnífica oportunidad

Por Sergio Mejía Cano

03 / Junio / 2016

Si bien la mayoría de los posibles aspirantes a relevar al actual gobernador en la próxima administración ya fijaron su postura al respecto de que solo serán cuatro años lo que dure ese mandato, el tema que sigue en boca de buena parte de la ciudadanía es de que si fulano sí, que si zutano no o que mengano tal vez, a otra parte de la población ni le va ni le viene y desde luego que a otro sector lo ha puesto a pensar sobre lo que dicta por lo regular la naturaleza humana.

En el entendido de que siempre hay una primera vez, y de que para mucha gente les encantaría ser primero en algo, como algunos hombres cuyo sueño dorado sería desflorar a una mujer, sin ponerse a pensar que para infinidad de mujeres esto las tiene sin cuidado, porque posteriormente llegará alguien más que haga mejor trabajo que ese primero y así pase a segundo plano. El consuelo de quienes tienen esa fortuna de desvirgar a una señorita, es que según ellos, siempre se van a acordar mientras vivan; sin embargo, en ocasiones como el trabajo fue muy malo y decepcionante, ese posible recuerdo se tiene que borrar irremediablemente.

Se entiende que a un buen político que se precie de serlo y que tenga un verdadero afán de servicio, no le va a importar estar solamente cuatro años al frente de una administración gubernamental si está plenamente convencido de que hará todo lo posible porque su paso por esa administración sea de lo más admirable y que deje mucho para la posteridad. Incluso en el hipotético caso de que así se hubiera aprobado de que haya sido nada más por un solo año, aun así habría un político comprometido con tomar las riendas para conducir al estado a buen puerto, precisamente por aquello de que siempre hay una primera vez, y así hiciera mucho, poco o nada, pasaría a la historia estatal como el primer gobernador –o gobernadora- que constitucionalmente duró menos en el cargo que los demás. Así que ahora con esto de que nada más serán cuatro años los que durará el cargo de gobernador (al igual que legisladores locales y presidentes municipales), dígase lo que se diga, será el primero en la historia de Nayarit que, siendo electo constitucionalmente durante esos cuatro años hizo mucho, poco o nada. Aunque se entiende que tiene que hacer algo, aunque sea solamente cubrir el requisito, y he aquí el riesgo para los demás exgobernadores que podrían ser opacados en caso de que en esos pocos cuatro años posiblemente el próximo gobernante haga más que los que en seis largos años no llegaron a hacer gran cosa y que si la hicieron, nada quedó para la posteridad, teniendo que empezar de cero su sucesor a lo largo de la historia de la entidad desde 1917.

Quien ocupa un primer lugar en algo, o que es el primero en llegar a algún lado como en una carrera o un concurso, etcétera, es más fácil que sea recordado que el segundo y tercero y demás subsecuentes; sin embargo, quien ocupa un enésimo lugar si hizo algo destacado, podría hasta opacar al primero y por lo mismo, ése que en enésimo turno lograra llamar más la atención que el primero, lo mantendrá en la mente de la sociedad por más tiempo y quizás para siempre.

Así que más que ser perjudicial el que vayan a ser nada más cuatro años lo que dure la próxima gubernatura de Nayarit, más bien podría ser una buena oportunidad para destacar y pasar a la posteridad no únicamente como el primer mandatario estatal que constitucionalmente duró menos tiempo en el cargo, sino el que más hizo en menos tiempo.

Si hay buena voluntad, así tenga el futuro gobernante de Nayarit un Congreso Estatal adverso o colmado de pura oposición, esa voluntad lo podría sacar avante al mostrar sus buenas razones para sus iniciativas y decisiones; porque en todo caso de que si el Congreso es contrario y si nomás para hacer la mosca chillar a todo lo que quisiera emprender el gobernador le diera la contra, entonces sería la misma ciudadanía la que se diera cuenta que la falla no es en el gobernante ni en el tiempo que va a durar, sino a esos legisladores que, quizás para hacerlo quedar mal le estén poniendo zancadilla u obstáculos constantemente. Sin embargo, queda claro que en un hipotético caso así, el daño en sí no sería para el gobernador, sino para el estado mismo y por ende a toda su población. Y, ¿si el Congreso Estatal es afín y está para ayudarlo en todo lo necesario?, pues he ahí la magnífica oportunidad para pasar a la historia del estado y ser recordado por siempre y para siempre. Bien o mal, es una magnífica oportunidad.