¿Le conviene o no a América Latina el Brexit?

24 / Junio / 2016

Reino Unido.- Los primeros resultados del referendo que se celebró este jueves sugieren una competencia reñida entre dos bloques de opinión británicos que discuten la pertenencia a la Unión Europea.

Más allá de las fronteras británicas, el resto del mundo calcula cuánto ganaría o perdería si se concretara el Brexit.

En el caso latinoamericano, hay que empezar por decir que el comercio de la región con la economía británica es limitado y la inversión británica en América Latina, si bien es importante para algunos países, por lo general no tiene la dimensión de los flujos provenientes de otros países como Estados Unidos.

De modo que, en sí mismo, el Brexit no representa una amenaza existencial para las economías latinoamericanas, ni tampoco una oportunidad particularmente llamativa, ya que el peso económico de Reino Unido en la región es limitado.

Por su parte, los defensores del Brexit han dicho que si Londres se separa del bloque europeo, podría ser más ágil para buscar tratados comerciales con nuevos socios.

Pero, de hecho, Reino Unido ya tiene, a través de la Unión Europea, tratados comerciales con muchas de las principales economías latinoamericanas. La UE llegó a un acuerdo con México en 2000, y con Perú y Colombia desde 2013.

Presumiblemente, si la nación británica sale de la Unión Europea, estos países tendrían que renegociar nuevos acuerdos comerciales específicos con Reino Unido, en caso de estar interesados en mantener esas preferencias comerciales recíprocas con Londres.

Más allá de los flujos de comercio e inversión, también hay movimiento de personas entre Reino Unido y América Latina, aunque en dimensiones relativamente pequeñas.

Por un lado está el turismo. En el caso de los visitantes temporales a Reino Unido, un eventual divorcio de la UE no tendría un impacto demasiado grande.

Si gana el Brexit, los ciudadanos de la Unión Europea podrían perder el derecho automático a vivir y trabajar en Reino Unido.

De hecho, Reino Unido no es parte del acuerdo de Schengen que armoniza la política de visas de la Unión Europea. Por lo que, incluso ahora, los viajeros latinoamericanos que quieren visitar el país se acogen a las reglas de Londres, no a las de Bruselas.

Es posible que, de ocurrir la devaluación de la libra esterlina que algunos anticipan si se produce el Brexit, se reduciría el turismo británico a América Latina, por verse disminuido el poder adquisitivo de la nación europea.

Otra consecuencia importante para algunos ciudadanos latinoamericanos que ostentan doble nacionalidad de otros países europeos como Italia o España es que podrían perder el derecho automático a vivir o trabajar en Reino Unido.

Una prerrogativa de la que disfrutan en la actualidad y que puede ser más relevante en naciones como Argentina o Uruguay, con un número relativamente alto de personas que podrían aspirar a un pasaporte europeo por el origen de sus ancestros.

Pero, aparte de estos grupos relativamente pequeños de ciudadanos latinoamericanos, la mayoría de los habitantes de la región no se vería directamente afectado de manera muy sustancial por una salida británica de la UE.

Especialmente porque en el siglo XXI, Reino Unido ya no es el gran jugador económico en la región que alguna vez fue.