Episcopado Mexicano y Diócesis local reclaman justicia para los dos sacerdotes ejecutados

20 / Septiembre / 2016

A pesar de la llegada del Ejército mexicano a cuatro municipios de Veracruz, la violencia en el estado no cesa. La madrugada de ayer, seis jóvenes fueron atacados a tiros al salir de un bar en Orizaba. Ahora, un comando irrumpió en una parroquia de Poza Rica y se llevó a dos sacerdotes, de 50 y 30 años de edad, así como al chofer de la Iglesia, quien de alguna manera logró escapar hacia la ciudad, donde es atendido de tortura. Los sacerdotes fueron encontrados muertos esta tarde. Utilizaron estolas para atar a sus víctimas antes de privarles la existencia. La situación en Poza Rica, como en todo el estado, es preocupante. Estamos en una etapa de descomposición, dijo el padre Juan Jaime Suárez Silva.

Xalapa, Veracruz.- Mataron a dos compañeros sacerdotes. Cuando llegó la Fuerza Civil a la parroquia encontraron manchas de sangre en el piso. Desde entonces comenzó la tortura. Ahora nos confirma el Decano de Poza Rica que a ambos los acabaron a balazos. La situación en Poza Rica, como en todo el estado, es preocupante. Estamos en una etapa de descomposición, carajo.

Palabras del presbítero Juan Jaime Suárez Silva, quien confirma el asesinato de los sacerdotes: Nabor Alejo Jiménez Juárez, de 50 años y José Alfredo Suárez, de 30 años de edad, los cadáveres fueron encontrados en el predio conocido como La Cueva del Diablo. Los asesinos, en un acto escalofriante, utilizaron estolas para atar a sus víctimas antes de privarles la existencia.

Cabe mencionar que hubo una tercera persona secuestrada que logró escapar de los agresores, de él, únicamente se sabe que labora como chofer de la parroquia de Fátima en Poza Rica, Veracruz, donde los hechos se suscitaron durante la madrugada de este lunes, 19 de septiembre.

No sabemos cómo, pero el chofer logró zafarse de estos hombres y se echó a correr. Llegó hace unas horas a la ciudad. Es todo lo que te puedo decir, comenta el Jaime Suárez. Sin embargo, en imágenes, disponibles en las redes sociales, se aprecia el dorso desnudo del chofer del párroco Nabor Alejo, con marcas múltiples de tortura en sus brazos y en el pecho.