LAS HOJAS SUELTAS DE LA POLÍTICA: CUANDO EL CINISMO SUSTITUYE A LA POLÍTICA

Por: J. Trinidad Espinosa M.

29 / Septiembre / 2016

*Académico de la UAN y analista político.

Como ciudadano común y corriente me asombra la capacidad de cinismo que tienen algunos actores de la política mexicana y más me asombra que algunos de los responsables de analizar la política y a los políticos, los medios de comunicación, soslayen esa negativa actitud y en ocasiones hasta la usen para ensalzar a los cínicos.

Refiero lo anterior en el contexto del aniversario de la desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa; echo repudiable que como bien señala el Presidente de los mexicanos no debe haber olvido ni impunidad para los autores materiales e intelectuales del crimen y para los que contribuyeron por omisión.

En ese contexto hay que informar para conocimiento de la sociedad que en relación a ese crimen hay más de 110 personas detenidas y sometidas a proceso; entre ellas el ex presidente municipal de Iguala, el perredista José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, 52 ex agentes de la policía municipal de Iguala que presuntamente agredieron a los jóvenes normalistas, 19 ex agentes municipales de Cocula que capturaron a los jóvenes y los entregaron al cartel de Guerreros Unidos, y 39 miembros de la señalada organización criminal entre ellos su jefe Sidronio Casarrubias y a su operador Norman Isaí Alarcón, en fechas recientes capturaron a Gildardo López a quien se le acusa de ser presunto autor intelectual de la desaparición y asesinato de los normalistas de Ayotzinapa. De estos detenidos y sometidos procesos penales proviene toda la información que contiene el expediente del caso y que se ha dado a conocer para información de los padres de familia y la sociedad en general.

Quien ha nadado de muertito y no se sabe nada de él es del ex gobernador perredista del estado de Guerrero, Ángel Aguirre; que como Gobernador del Estado estaba obligado a saber de lo que ocurría en las diversas regiones de la entidad que gobernaba y sobre todo a combatir el crimen y sus consecuencias nefastas. A este señor nadie lo ha llamado a cuentas a pesar de ser responsable por omisión de los graves acontecimientos sucedidos en la noche del 26 de septiembre de 2014.

Por otra parte el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, formado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha cuestionado la indagatoria y descalificado algunas de las actuaciones de la PGR, pero lo que no ha hecho es aportar nuevas evidencias o testimonios que contribuyan al esclarecimiento del caso, con lo cual solo han provocado dudas, desconfianza, agudizado la molestia entre los padres de los desaparecidos, pero sin aportar algo que ayude a su localización o a saber la verdad de lo sucedido aquella noche fatal.

¿Pero todo lo anterior qué tiene que ver con el cinismo en la política? simplemente que los presuntos involucrados, autores intelectuales sobre todo, que facilitaron el arribo al poder del ex gobernador Ángel Aguirre y del ex presidente municipal de Iguala José Luis Abarca y cómplices, aprovecharon el aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas ¿para exigir al gobierno federal? Que esclarezca este repudiable crimen, además de pretender señalar al Presidente Peña Nieto como el responsable directo de ese lamentable caso, siendo que ellos, AMLO y compañía fueron los que promovieron a ese grupo de criminales para que se hiciera del poder político en aquella región del Estado de Guerrero.

Sin que deje de ser un caso criminal que debe atender el Gobierno Federal hasta encontrar la verdad de lo sucedido aquella noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero; los mexicanos debemos tener bien claro que si esos criminales no hubieran sido apoyados por López Obrador y los en aquel entonces líderes nacionales del PRD ahora algunos en MORENA, tal vez no hubiera sucedido ese repudiable hecho criminal y México no se estuviera exhibiendo como un Estado de criminales y de impunidad en el Mundo.

Es hora de poner a los cínicos en su lugar; no es posible que los que facilitan el mal ahora se digan ser los buenos.